Por Elio García |
Ahora con las nuevas tecnologías tenemos algunos datos más precisos. Exactos. A través de canalizar la información por las redes sociales sabemos con exactitud milimétrica cuántas personas entran a la noticia, cuál es su perfil, edad y sexo. Incluso desde que ciudad nos leen.
Cuando escribo este artículo de opinión se que lo va leer poca gente en términos cuantitativos. Las noticias, entrevistas y notas que vinculan a políticos son las menos leídas por la gente que por lo menos usa las redes sociales. Un dato no menor y preocupante por lo menos para la clase política. La gente les está disparando y no se trata de colores partidarios, el desinterés ciudadano abarca y compromete a todas las estructuras partidarias.
El periodista de pueblo y su dilema en preguntar
Quiero referirme entonces a un tema que siempre me ha interesado y sorprendido como periodista de pueblo. Y es cómo llegan y se presentan ante nosotros los periodistas, primeras figuras de absolutamente todo el espectro político.
Sucede así: Te llaman y te avisan que el viernes a las 20 horas viene el Senador fulano. A veces algunos recorren medios y en otras oportunidades solo van a algunos medios. Eso siempre fue así.
Lo insólito de la situación actual es que tengo la sospecha que los políticos intuyen que no es necesario venir al interior con una agenda. Jamás en estos años de trabajo periodístico ningún político de primera línea me acercó previamente para mi estudio como periodista una hoja con información de los temas que viene tratando. Lo que se le denomina el briefing o brief.
Material previo para poder hacer preguntas. Insumos necesarios para no ser un sostenedor de micrófono que solo escucha el mismo contenido y la misma perorata que dijo el entrevistado en Salto, Paysandú, Mercedes y Carmelo por citar un recorrido imaginario.
Mañana llega Perengano
El equipo de comunicación de los políticos no entregan insumos a los periodistas previo a sus giras. Uno se entera de su arribo a veces el mismo día. Y me ha pasado que me llaman para entrevistarlo media hora antes, porque se olvidaron o vaya saber por qué motivo.
Concluyo objetivamente que la clase política uruguaya es improvisada y no está acostumbrada a las re preguntas de los periodistas. Vienen, se encienden los micrófonos y dicen lo que quieren, cómo quieren y donde quieren.
Y después se van. Las cosas importantes las dicen a los medios capitalinos.
Pero todo eso es problema de los políticos, el desafío está en este lado de la cancha, en el periodismo. En comenzar a solicitar mayor información previa de estas giras, en estudiar los temas que tratan y analizarlos en clave local.
Hoy me desperté leyendo en La Nación que el Presidente Macri escribió una carta abierta a los argentinos en un diario de Santiago del Estero, es muy curioso y sorprendente que no haya salido en Clarín, La Nación o Página 12.
En Uruguay los consejos de ministros avanzan por diversos lugares del territorio nacional y está muy buena esa iniciativa. No todo es desalentador aunque estas instancias tienen un formato de presentación más de show que de reunión de trabajo.
Periodismo, política e improvisación
Hablo del político como sujeto. Con su impronta personal. Con su liderazgo. Con su presentación en un mundo donde es necesario manejarse con información rigurosa. Donde no debería haber espacios para la improvisación y a la desvalorización de la palabra. Decir cualquier cosa y no sentir vergüenza.
En Uruguay para ser político se necesita tener carisma o llevar un apellido que como marca comercial sirve de continuidad para en su nombre heredar esa tradición de ocupar una banca o ser beneficiado con un cargo público de jerarquía. A eso se le llama nepotismo,la preferencia que tienen desde la función pública para dar empleos a familiares, amigos, o simpatizantes partidarios, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad.Y en las ciudades del interior es donde más se ve estas prácticas cuando los hijos de los dirigentes ingresan a los entes públicos ‘por concurso» o vemos a vecinos militantes que saltan del comité a la dirección de una institución pública. Cargos de confianza política le llaman a esa impostura.
Para ingresar al ruedo político no es necesario tener formación alguna ni ser experto en ningún tema. La gente vota figuras no saberes.
Cada vez que un militante llama para avisarme que el Diputado Zutano, el Senador Mengano, el Ministro Perengano viene de visita a Carmelo y me espera para realizarle una entrevista me hago esta pregunta:
¿A qué viene?