CHAU

Por Elio García

Me contó un día que lo peor de la muerte, para los que estamos vivos es volver a casa. Lo más terrible es el lugar vacío en la mesa de los domingos.

Ese trozo de pan que permanece intocable en la panera y que luego te lo sacan de la mesa. La copa de vino sin vino. El control de la tele en manos de nadie. Y mientras la escucho y veo como aparece una gota de llanto gruesa que le corta toda la cara me señala el sillón hundido, marcado, vacío, esperando ser ocupado por su ausencia.

Tuve que acudir a la memoria para hacerla reír. Porque con los amigos los mejores recuerdos siempre nos sacan alguna anécdota y como sin quererlo estaba allí con su copa de vino en el lugar del living que él se sentaba.

– Qué patada en el culo me daría si me viera sentado aquí – le dije, riéndome a carcajadas.

Salir de la versión móvil