Formación Internacional en la Escuela Superior de Lechería de Colonia Suiza: Empleabilidad al 100%

Ubicada en el idílico entorno de Nueva Helvecia, en el departamento de Colonia, la Escuela Superior de Lechería de Colonia Suiza se destaca como un renombrado centro educativo bajo la órbita de la Dirección General de Educación Técnico Profesional (DGETP-UTU). Ofreciendo una experiencia formativa enriquecedora, este instituto brinda a sus 115 estudiantes la oportunidad de recibir una sólida educación teórica y práctica en el campo de la producción lechera, así como de participar en pasantías en empresas del sector, en el cual se registra un índice de desempleo nulo.

La pintoresca Escuela Superior de Lechería de Colonia Suiza, ubicada en el kilómetro 123,5 de la ruta n.° 52, abarca un terreno expansivo de 133 hectáreas, donde 115 hectáreas se destinan a actividades productivas de diversa índole. Este oasis educativo incluye una moderna fábrica de elaboración de quesos y productos lácteos, un tambo en pleno funcionamiento, laboratorios equipados, aulas de enseñanza y cuatro cómodos internados (dos para hombres y dos para mujeres).

Desde su fundación en 1930, la institución ha forjado una reputación basada en la excelencia educativa a través de tres cursos distintivos. Estos comprenden el Bachillerato Agrario, así como las ofertas terciarias de Técnico en Industrias Lácteas y Tecnólogo en Sistemas de Producción Lechera. Esta última opción, desarrollada en colaboración con la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC), capitaliza la sólida infraestructura de la escuela agraria.

Según relata la directora del centro, Ana Lacaze, en una entrevista con el portal de Presidencia,  la demanda por estos cursos es significativa y se distinguen por mantener un índice de empleabilidad perfecto. Cada uno de los egresados de las carreras terciarias encuentra su camino en empresas dentro del ámbito lechero, además de incursionar en laboratorios de variados campos o embarcarse en emprendimientos personales.

En la presente edición, la institución acoge a 115 estudiantes cuyas edades oscilan entre los 15 y los 23 años. En este grupo diverso, solamente un pequeño segmento tiene origen en la localidad de Nueva Helvecia. Los estudiantes provienen de múltiples departamentos del país, como Artigas, Canelones, Rocha o Montevideo, y también trascienden fronteras, llegando desde naciones como Ecuador, Colombia y Costa Rica. La reputación internacional de las carreras ofrecidas en la escuela desempeña un rol fundamental en su atractivo. Los programas terciarios incluyen la valiosa oportunidad de pasantías en empresas locales, muchas de las cuales se convierten en empleos a tiempo completo tras la graduación.

La institución opera bajo el esquema de internado de lunes a viernes, intercalando sesiones matutinas de trabajo práctico en diversas áreas agrícolas con clases teóricas por las tardes. Los estudiantes que permanecen en las instalaciones durante los fines de semana también participan en las actividades rutinarias de mantenimiento propias de un establecimiento agrario.

Como parte de su enfoque práctico, la escuela produce diariamente unos 1.900 litros de leche, la cual se emplea en la elaboración de una variada gama de quesos (colonia, sbrinz, dambo, cuartirolo, ricota, entre otros) y dulce de leche. Estos productos llegan hasta Montevideo para su comercialización a través del establecimiento de ventas de la DGETP-UTU, ubicado en la calle San Salvador, entre Minas y Magallanes. Del mismo modo, se destinan otros productos, como postres, yogures y helados, para el consumo interno de los estudiantes.

En un reciente giro de los acontecimientos, impulsado por una iniciativa local, se ha restablecido la producción del queso yamandú, reconocido como el ingrediente esencial en el postre Martín Fierro. El tramo de la ruta nacional n.° 52 que acoge la escuela honra al creador de esta variedad, el renombrado técnico lechero y exdocente del instituto, Luis Bertotto Nollenberger.

En relación a la integración laboral de sus estudiantes, Lacaze enfatiza la creciente demanda de «habilidades blandas» por parte de las empresas en la actualidad. Además, menciona que se está rediseñando el plan de estudios de la carrera de Técnico en Industrias Lácteas para abordar este aspecto. Asimismo, subraya cómo el avance tecnológico ha hecho imperativo incorporar conocimientos en áreas como mecatrónica y computación en la currícula educativa. Por último, destaca la estrecha relación de la escuela con la comunidad local, que colabora activamente en esfuerzos cooperativos y participa en iniciativas regionales de importancia.

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