Montevideo, 15 ago (EFE).- La llegada de las lluvias, aunque de manera intermitente, junto al desarrollo de obras de infraestructura por parte del Gobierno han permitido a Uruguay aplacar la peor sequía de la que se tiene registro en ese país que, según cifras y pronósticos oficiales, mejora de forma constante.
«No podemos cantar victoria, tiene que llover», aseguraba el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, en julio tras registrarse una leve mejoría en el principal embalse del país, el de Paso Severino, pese a que sigue estando lejos de los niveles de reservas de agua dulce.
Sin embargo, existe tranquilidad en el país ya que los niveles de recuperación han venido en aumento consistentemente a lo que se suman los pronósticos de precipitaciones abundantes a partir de la segunda quincena de agosto.
MANOS A LAS OBRAS
Una planta desalinizadora y la instalación de una estación de bombeo desde una de los principales ríos del país son dos de las principales obras que el Gobierno de Lacalle Pou anunció, entre otras, como medidas para paliar la sequía y que ya se encuentran operativas.
La planta desalinizadora arribó al país suramericano el pasado 27 de julio proveniente de Estados Unidos para ser instalada en la ciudad de Salinas del departamento de Canelones (sur).
Tras su puesta en marcha, la planta garantiza una capacidad de procesamiento de 300.000 litros y de potabilizar 150.000 litros por día y que se utilizará para abastecer a la zona metropolitana.
En tanto, el pasado 10 de agosto se inauguró la estación de bombeo que anunció el Gobierno en junio y que permite el trasvase de agua desde el Río San José (suroeste) hacia la planta potabilizadora de Aguas Corrientes ubicada en la ciudad de Belastiquí (sur) que abastece a los departamentos de Montevideo y Canelones.
Se trata de una estación de bombeo que tiene un caudal de 2.000 metros cúbicos por hora de refuerzo de agua dulce al proceso de potabilización en la planta de Aguas Corrientes, según datos aportados por el subgerente técnico de la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE), Jorge Minola.
A su vez, autoridades de la Cámara de la Construcción de Uruguay informaron de que con el caudal de bombeo de la estación inaugurada se podrá abastecer de agua a unas 150.000 personas.
ESPERANDO POR LAS LLUVIAS
La falta de precipitaciones azota a Uruguay desde el 2020 aunque fue en 2022 cuando se agudizó la situación durante la temporada estival austral en la que el embalse de Paso Severino fue disminuyendo sus reservas hasta llegar en un semestre a 900.000 metros cúbicos de agua de una capacidad de 67.000.000.
Sin embargo, las lluvias han llegado, aunque de manera intermitente, lo que ha permitido la recuperación del embalse que actualmente se encuentra en unos 11.395.187 de metros cúbicos de agua según el reporte diario de OSE.
En tanto, el Instituto Nacional Uruguayo de Meteorología (Inumet) pronostica altas temperaturas, atípicas de la temporada de invierno austral, durante la semana en gran parte del territorio nacional que precederán a una entrada de un frente frío que traerá un estimado de 50 milímetros de lluvias en promedio.
El asesor del Inumet Mario Bidegain citó al Instituto Nacional de Meteorología de Brasil que pronostica lluvias para los próximos siete días con valores acumulados entre 30 y 80 milímetros en el litoral sureste de la provincia de Buenos aires y sobre el sur de Uruguay.
El pasado 19 de junio, el Gobierno de Uruguay decretó la emergencia hídrica en el área metropolitana. Sobre fines de 2022 ya se había decretado una emergencia agropecuaria para la ganadería, la lechería, la horticultura, la fruticultura y la agricultura por una prolongada sequía.
Esta última decisión fue acompañada de diversas medidas como la entrega de partidas de dinero para la compra de agua a determinados grupos de sectores vulnerables y la exoneración impositiva para el agua embotellada.
Esto llevó a que un bidón de 6,25 litros de agua pasara de costar 129 pesos uruguayos (3,27 dólares) a 89 pesos uruguayos (2,25 dólares).