El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) trabaja para hacer más «financiables» y atractivos para el sector privado los proyectos de «adaptación» climática en Latinoamérica, desde asegurar tejados contra tempestades a proteger las costas.
En una entrevista con EFE, el presidente del BID, Ilan Goldfajn, que participa estos días en la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Marrakech, reconoce la dificultad que existe a la hora de convencer a los inversores privados para que dediquen recursos a este tipo de proyectos.
«Es más difícil atraer inversión a los proyectos de adaptación. Cuando haces una planta de energía solar ya sabes el coste. Pero si quieres proteger las costas de las islas es más difícil saber cuál es el retorno de estos proyectos y cómo atraer la inversión privada», detalla.
El economista brasileño pone como ejemplo de proyectos difíciles de financiar los relacionados con cambiar los techos de casas en las islas de la región para que sean más resistentes a los huracanes, adaptar la agricultura a las lluvias torrenciales o implementar proyectos destinados a conservar el agua en un entorno que sufre cada vez fenómenos de sequía.
«Hay que hacer que estos proyectos sean financiables», asevera Goldfajn, quien cree que los créditos no supondrán una carga sobre las finanzas de los países prestatarios porque «tendrán resultados que traerán la capacidad de pagar estos préstamos».
Proyectos para fenómenos climáticos adversos
Según el presidente del BID, la institución financiera recibe «todas las semanas» proyectos de los países de la región relacionados con la lucha contra fenómenos climáticos o de transición energética.
Uno de estos proyectos fue el préstamo de 500 millones de dólares (unos 474 millones de euros) que entregó el BID a Ecuador como financiación preventiva contra el fenómeno de El Niño y otro, el destinado a impulsar proyectos de litio en la frontera de Argentina.
Según el jefe del BID, la región necesita «muchos miles de millones» de dólares para financiar proyectos, algo que requiere movilizar recursos privados para financiar la transición energética.
Unir los bancos multilaterales de desarrollo
De cara al futuro, el presidente del BID aboga por reforzar la colaboración entre los bancos multilaterales de desarrollo, como el acuerdo firmado en agosto pasado entre el BID y el Banco Mundial, de una duración de cuatro años en el que las dos entidades se comprometen a colaborar por el desarrollo sostenible de la Amazonía y el Caribe.
«Es un acuerdo histórico que entra en el marco de la nueva fase de colaboración entre las instituciones multilaterales en que queremos trabajar cada vez más con medidas y proyectos concretos», afirma.
Goldfajn insiste en el carácter «útil» de esta alianza no solo en el marco de trabajo conjunto que ofrece, sino también en el papel que pueda jugar para incentivar a otras instituciones y bancos multilaterales a seguir el mismo paso. En este sentido, indica que el BID trabaja con el FMI y con bancos regiones africano y asiático, entre otros.
EFE
Comentarios