Por Concepción M. Moreno
Buenos Aires, 22 oct (EFE).- El peronismo, la fuerza argentina que permea la vida política del país y que es difícil de entender fuera de sus fronteras, exhibió su músculo en las elecciones generales celebradas este domingo, en las que su candidato, Sergio Massa, no sólo pasó a la segunda vuelta frente al libertario Javier Milei, sino que además fue el más votado.
El actual ministro de Economía, responsable por su cargo en el Gobierno del peronista Alberto Fernández de la grave situación socioeconómica por la que atraviesa el país, con una inflación interanual que trepó en septiembre al 138,3 %, un nivel de pobreza del 40,1 % y una brecha cambiaria superior al 200 %, no se resintió en absoluto por estos datos.
Frente al 21,43 % que obtuvo en las elecciones PASO (primarias abiertas simultáneas y obligatorias), con el 97,40 % de las mesas escrutadas este domingo, Massa creció hasta un 36,61 %, más de 6,6 puntos por encima de Milei, quien «pateó» el tablero político argentino cuando en agosto pasado se convirtió en el líder más votado de cuantos aspiraban a la Presidencia.
Aunque todas las encuestas preveían un escenario de balotaje para el 19 de noviembre, el precedente de agosto, cuando ninguna consultora adelantó la victoria del candidato de La Libertad Avanza (ultraderecha), generó una gran incertidumbre ante el panorama de una Argentina dividida políticamente en tres tercios que dejaron las primarias.
Lejos de estar afectado por perder ese primer lugar conseguido en agosto, Milei -quien obtuvo un 30,03 % de apoyos- definió este domingo como «un día histórico» por haber logrado, en sólo dos años de existencia de La Libertad Avanza, «disputar el poder a lo más nefasto que dio la historia moderna», el kirchnernismo, de que dijo que «es lo peor que le ha pasado a la Argentina».
El gran triunfador de esta noche, Sergio Massa, reiteró una idea repetida a lo largo de la campaña, la de convocar «un Gobierno de unidad», y afirmó que, con él, «la grieta se acabó» a partir del 10 de diciembre, cuando debe asumir el próximo presidente de Argentina.
Sin la presencia en los festejos ni del presidente, Alberto Fernández, ni de la vicepresidenta, Cristina Fernández, el discurso del ministro de Economía sonó a pasar la página del kirchnerismo -el ala del peronismo vinculado al fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y la exmandataria (2007-2015), al que él mismo se opuso y que le llevó a crear el Frente Renovador-, tan denostado y criticado por sus oponentes electorales.
Sin duda, la gran perdedora en estos comicios fue la candidata de Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, quien no fue capaz de retener el 28 % de votos que logró su formación en las primarias -cuando la exministra de Seguridad compitió con el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta-, pese a contar con ocho gobernadores provinciales y ganar en 2021 las últimas elecciones legislativas.
Tras insistir en defender sus «valores», pese a no haber logrado el objetivo cumplido, la exintegrante del gabinete de Mauricio Macri (2015-2019), que cerró este domingo con un 23,84 %, dijo que «el populismo ha empobrecido al país».
Bullrich anuncio: «No soy yo quien va a venir a facilitar que vuelva al poder quien ha sido parte del peor Gobierno de la historia reciente de Argentina», rechazando así apoyar a Massa, pero al mismo tiempo evitando explicitar su respaldo a Milei.
El peronismo tuvo su segunda victoria de la noche al retener el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, la más poblada de Argentina e histórico bastión electoral de esa formación política.
Con el 96,43 % de las metas de votación escrutadas, el gobernador de la provincia y aspirante a la reelección, Axel Kicillof, obtuvo el 44,87 % de los votos en unos comicios donde -a diferencia de las elecciones presidenciales- el triunfo se logra por mayoría simple. Kicillof relegó al segundo lugar a Néstor Grindetti (26,62 %), de Juntos por el Cambio (centroderecha).
Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quedó sin definir y pendiente del escrutinio definitivo que comenzará el martes. El candidato de Juntos por el Cambio, Jorge Macri, quedó a pocas décimas del logro, pues obtuvo 49,62 %, mientras que el peronista Leandro Santoro sumó 32,20 %. Si se confirma que el centroderechista no llega al 50 %, habrá segunda vuelta.
En Argentina, el escrutinio provisorio que lleva adelante el Ejecutivo en la jornada de votación sólo tiene por objeto informar a la población, pero el único que tiene validez legal es el definitivo, ejecutado por la autoridad electoral, que comenzará a efectuarse el próximo martes.
Unos 35,4 millones de argentinos estaban convocados a las unas este domingo para elegir presidente y vicepresidente, y además renovar 130 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de los 72 del Senado, y designar 43 representantes argentinos para el Parlamento del Mercosur (Parlasur, cuerpo legislativo del bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).