Por Natalia Kidd
Buenos Aires, 16 nov (EFE).- El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, y el diputado libertario Javier Milei pusieron este jueves punto final a sus campañas con vistas a la segunda vuelta presidencial del próximo domingo, unos comicios de final abierto y cuyo desenlace tiene en vilo al país suramericano.
Milei, líder de la formación de ultraderecha La Libertad Avanza, eligió la central provincia de Córdoba, el segundo mayor distrito electoral del país, para cerrar su campaña con un acto masivo, de tono eufórico y cierto aire triunfalista.
«Es importante que este domingo nos pongamos de pie, demos vuelta la historia e iniciemos el camino de la reconstrucción argentina», señaló Milei, quien para rematar su acto aseguró: «Los votos están y les vamos a ganar. ¡Viva la libertad, carajo!».
Massa, por su parte, optó para el cierre de este jueves por encuentros diversos, en ámbitos cerrados y con públicos bien definidos: expuso su propuesta en un encuentro organizado por las principales entidades empresariales del país y se reunió con estudiantes de un colegio secundario público de Buenos Aires.
«Tengan la plena seguridad que, si tengo la responsabilidad de gobernar Argentina, voy a dejar mi alma y toda mi fuerza para que construyamos ese país que hoy es una utopía pero que lo podemos hacer realidad», aseguró Massa ante los estudiantes.
Tras la primera vuelta del pasado 22 de octubre, en las que Massa sorprendió con un primer puesto (36,78 %) y Milei -gran ganador de las primarias de agosto- quedó relegado al segundo lugar (29,99 %), la campaña ha ido sumando tensión política.
La decisión del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) y de Patricia Bullrich, tercera en la elección de octubre y presente en el acto de cierre de Milei de este jueves, de dar su apoyo al libertario abrió aguas en la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, donde varios dirigentes se declararon neutrales y otros, sin dar respaldo explícito a Massa, rehusaron apoyar al ultraderechista.
La alianza Macri-Milei también dividió a La Libertad Avanza, algunos de cuyos miembros rechazan aliarse con el exmandatario, integrante de la ‘casta política’ que tanto han criticado.
Massa, en tanto, prometió formar un Gobierno de unidad e incorporar opositores y logró en el camino sumar la adhesión de algunos peronistas disidentes.
Mientras, puertas adentro del gobernante frente Unión por la Patria, tanto el presidente argentino, Alberto Fernández, como la vicepresidenta, Cristina Fernández, se mantuvieron al margen de la campaña, dando todo el protagonismo al líder del Frente Renovador, tercera mayor fuerza dentro de la coalición oficialista.
La campaña ha estado centrada en la economía, cuyos desequilibrios exacerbados hacen tener una crisis aguda inminente, un escenario para el que Massa y Milei plantean salidas absolutamente diferentes, planteando serios dilemas a los 35,8 millones de argentinos que este domingo acudirán a las urnas.
Aun así, también fueron temas sobre la mesa la seguridad, el rol del Estado y los derechos humanos, asuntos que incluso permearon el debate obligatorio entre ambos candidatos celebrado el pasado domingo, en el que Massa fue claro vencedor por su astucia para manejar los intercambios y los tiempos.
Con todo, el resultado del domingo es una incógnita. Hay un gran porcentaje de indecisos y de las nueve encuestas publicadas en las últimas semanas, cinco dan ventaja a Milei y cuatro, a Massa, pero con diferencias entre ambos que en la mayoría de los casos entran en el margen de error de todo sondeo.
Este viernes en la mañana comenzará el período de reflexión. Las cartas están echadas y quien gane el próximo domingo por mayoría simple conducirá Argentina desde el 10 de diciembre y por un período de cuatro años, con mayúsculos desafíos políticos, económicos y sociales esperándolo ni bien cruce el umbral de la Casa Rosada.
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