Montevideo, 17 nov (EFE).- El estadio Centenario de Montevideo vibró este viernes con la música del británico Roger Waters, quien brindó un espectáculo de cerca de dos horas en el marco de su gira despedida.
Vestido como un médico, el mítico líder de Pink Floyd ingresó al escenario de más de 50 metros acompañado por la canción ‘Comfortably Numb’ y por la primera ovación de quienes asistieron al histórico escenario en el que en 1930 se disputó la final del primer Mundial de fútbol.
Minutos antes, las pantallas gigantes que acompañaron el espectáculo y en las que se pudo ver diferentes mensajes e imágenes hicieron una advertencia: «Si eres de los que te gusta Pink Floyd, pero no soportas el rollo político de Roger Waters, puedes largarte al bar».
Luego se levantaron unos metros y los asistentes pudieron ver por primera vez a todos los que estuvieron junto a Roger Waters en el escenario: Dave Kilminster, Jon Carin, Gus Seyffert, Robert Walter, Joey Waronker, Shanay Johnson, Amanda Belair y Seamus Blake.
‘Another Brick in the Wall’ comenzó a sonar y el público abandonó rápidamente sus asientos para cantar una de las canciones del grupo Pink Floyd.
Mientras tanto, el cielo de Montevideo daba claras señales de que la lluvia estaba por aproximarse, algo que finalmente sucedió en medio del concierto y que lo suspendió por algunos minutos.
«Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes en Montevideo», dijo Roger Waters frente a un público que en el comienzo coreó su nombre, ovación que el músico de 80 años agradeció bailando.
‘Is This The Life We Really Want?’ y ‘Us & Them’ fueron otras canciones que sonaron, así como también ‘The Bar’.
Tras un breve receso en el medio y cuando la lluvia ya se había detenido, el músico nacido el 6 de septiembre de 1943 en el condado de Surrey retornó al escenario en una silla de ruedas y con un chaleco de fuerza.
«¿Hay algún paranoico en el estadio?», preguntó antes de seguir cantando y de lanzar al público una camiseta que llevaba puesta.
La música no se detuvo y el espectáculo fue llegando a su final, en el que Roger Waters aprovechó para volver a dialogar con un público que también disfrutó de la canción ‘Wish You Were Here’.
Tras las últimas dos canciones, el británico se adelantó en el escenario junto a quienes estuvieron con él y se despidió mientras la música seguía sonando.
Ahora, el cofundador de Pink Floyd brindará un nuevo espectáculo en Buenos Aires el próximo 21 de noviembre y cuatro días después lo hará en Santiago de Chile.
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