Por Juan Verano
Buenos Aires, 19 nov (EFE).- Todos los símbolos utilizados en los últimos meses por el presidente electo de Argentina, Javier Milei, afloraron este domingo de algún modo a las puertas del Libertador Hotel de Buenos Aires, el ‘búnker’ de la ultraderecha en la capital del país suramericano.
Los simpatizantes del líder de La Libertad Avanza, ganador indiscutible de las elecciones celebradas este domingo, comenzaron a reunirse a las puertas del cuartel general de Milei horas antes de que se conociese el resultado definitivo del balotaje presidencial en el que el libertario arrasó por más de 11,5 puntos porcentuales al oficialista Sergio Massa.
En pleno microcentro porteño, a pocos metros de la Casa Rosada y de la sede del Banco Central -que Milei prometido cerrar- se concentraron miles de partidarios libertarios, algunos de ellos disfrazados de leones o de motosierras.
Pasada la incertidumbre de los primeros minutos, y con la derrota peronista reconocida por Massa, los libertarios estallaron de júbilo.
Cantaron, gritaron, aplaudieron, lanzaron «vivas» a la libertad y profirieron proclamas contra la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros.
«Es una felicidad inmensa que un liberal libertario sea presidente de la Argentina», considera a EFE Marieta, que acudió a la celebración de Milei junto con su hija.
En la misma línea se pronunció Máximo, que mostró un hinchable con una caricatura de Cristina Fernández ataviada con un mono carcelario a rayas blancas y negras.
«Ojalá que sea el fin del kirchnerismo y para siempre», asegura, refiriéndose a la corriente ideológica del peronismo representada por el ya fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y su viuda.
Los números siguen subiendo y la distancia entre los porcentajes de voto de los dos candidatos sigue aumentando. Mientras tanto, las boletas vuelan en el cruce de la avenida Corrientes y la calle Maipú.
Los votos han estado en el centro del debate a lo largo de la última semana, con algunos de los correligionarios de Milei alimentando la narrativa de un posible fraude electoral.
«No tuvimos problemas. Fiscalizamos bien con el apoyo del expresidente Macri», considera Máximo, que ante el excelente resultado de La Libertad Avanza no duda de los comicios, y aprovecha la situación para reconocer el apoyo de la excandidata de la coalición centroderechista Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, y de su predecesor al frente de la oposición argentina, el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), presente en el interior del Libertador Hotel.
La noche sigue oscureciéndose en un Buenos Aires entregado a su nuevo mito. Los jóvenes corean el nombre de Milei encaramados sobre los quioscos y las marquesinas, se suben a las farolas con banderas libertarias que rezan «Don’t Tread on Me» («No me pases por encima») y bailan.
Algunos ruidos sobresaltan ligeramente al público, pero los destellos de los fuegos artificiales y el humo amarillo y morado de las bengalas ocultan todas las preocupaciones posibles de los libertarios.
La euforia se apodera de todos, sobre todo de los más jóvenes, que son mayoría. Los lemas se confunden antes de que Milei se dirija a los presentes para proclamar el inicio de «la reconstrucción de Argentina».
Tras su discurso, con tintes de arenga épica, una joven eleva al cielo de la capital argentina un cuadro pintado por ella misma a comienzos del invierno pasado. Es un retrato presidencial de Milei con la banda albiceleste cruzándole el pecho.
Dos hombres le piden que se haga una foto con ella. Uno va disfrazado de gángster, y porta un peluche con apariencia de león; el otro está caracterizado como el nihilista payaso enemigo de Batman, el Joker.
Milei finaliza su discurso para la historia y suena su himno no oficioso, ‘Panic Show’, del grupo de rock argentino La Renga. La madrugada será larga, y la colección de iconos libertarios comienza a marchar hacia el Obelisco, pivote de las celebraciones futbolísticas en Buenos Aires.
Entre los asistentes, Abel, un ciudadano español de 33 años, ondea una bandera del país europeo.
No termina de tener claro que una figura como Milei pueda triunfar en España, pero cree que Argentina «lleva muchos años en un sistema socialista que no funciona y la gente está cansada».
A juzgar por la felicidad de sus partidarios, el cansancio no hará mella en los más afines al presidente electo.
Es una calurosa noche de noviembre en Buenos Aires y los ‘colectivos’ (autobuses urbanos) prosiguen su tránsito a través de las calles. Suenan pitidos y gritos en la «ciudad de la furia», rendida hoy ante la extravagancia de Javier Milei y suspendida entre la conmoción y el placer.
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