Montevideo, 24 nov (EFE).- El Instituto Nacional de las Mujeres (InMujeres) de Uruguay atendió un total de 17.876 consultas por violencia de género entre enero y septiembre de este año y el teléfono de orientación 24 horas para víctimas (08004141) recibió 7.421 llamadas en este mismo periodo.
Así lo informó la directora de este organismo, Mónica Bottero, en un acto celebrado este viernes en Montevideo en el marco del Día Internacional de la Eliminación de todas las formas de Violencia contra las Mujeres, donde aseguró también que 2.326 ingresaron a los servicios de atención psicosocial y legal del organismo.
Bottero presentó los avances realizados este año en materia de prevención y atención a víctimas de violencia machista y aseguró que se está haciendo un trabajo «brillante», poniendo como ejemplo el sistema de monitoreo electrónico del Ministerio del Interior, que recibe «10.000 alarmas por día porque controla lo que está sucediendo con las casi 2.700 tobilleras y se llega a un 100 % de eficiencia».
Sin embargo, la directora de InMujeres recordó que esta fecha «no es un día de festejo, sino de conmemoración, tristeza y luto por las mujeres, niños y niñas que han sido asesinados» y que «basta que haya una víctima de femicidio al año para tener que mejorar».
Preguntada por los medios al finalizar el acto, Bottero subrayó que, aunque Uruguay sea considerado «un país modelo en la región en cuanto a su sistema de respuesta», este no es suficiente porque «el Ministerio del Interior registró una denuncia cada 12 minutos por violencia doméstica en el país».
El acto contó con la participación de la vicepresidenta de Uruguay (actual presidenta en ejercicio), Beatriz Argimón, que dijo ser testigo de «cómo en sucesivos gobiernos se han construido respuestas hacia el flagelo de la violencia de género».
En ese sentido, señaló que la respuesta a este tipo de violencia no atañe únicamente a las mujeres, sino que se trata de un «cambio cultural» que debe involucrar a toda la sociedad, aunque quiso recordar que las mujeres militantes de la sociedad civil organizada fueron las «principales responsables de que las respuestas hayan empezado a llegar».
La presidenta en ejercicio reconoció que la violencia machista es un tema «difícil» y aseguró que son fundamentales todas las medidas que se adopten para prevenirla y para acelerar las respuestas, pero también la concienciación social, «porque hay gente que todavía no sabe lo que significa la violencia hacia las mujeres».
«Yo soy feminista y no todas las mujeres miramos este tema de la misma forma», proclamó Argimón, después de que la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Doris Morales, hubiese admitido en su intervención que no se definiría como feminista «ni como parte de ningún movimiento que parta de un sesgo determinado».
Morales lamentó los medios «cada vez más escasos» que tienen los jueces en Uruguay para tratar la violencia machista: «Desde el poder judicial nos enfrentamos al dilema de hierro de aplicar la ley sin presupuesto, por lo que no se le puede dar una respuesta eficaz».
La presidenta de la Corte Suprema afirmó en declaraciones a los medios que en el Poder Judicial falta presupuesto para estos temas y recordó que presentaron la posibilidad de abrir más juzgados de género y «la Rendición de Cuentas no aprobó ese proyecto». EFE