UTE en el departamento de Colonia enfrenta una crisis de infraestructura y comunicación tras un apagón masivo que ha dejado a las 15 horas un saldo -desde que se originó la tormenta el fin de semana- de 6.378 clientes de sin electricidad, lo que representa un significativo 8,85% del total de 72.043 clientes en la región.
Este corte de energía, resultado del intenso temporal del pasado fin de semana, ha puesto de relieve no solo las vulnerabilidades de la red eléctrica sino también las limitaciones en la gestión de comunicaciones durante emergencias.
Las cifras de UTE, aunque escuetas, muestran la magnitud del problema: 175 incidencias registradas en la red eléctrica. Sin embargo, la falta de información detallada y actualizada ha generado una atmósfera de incertidumbre y preocupación entre los habitantes y las autoridades del departamento. Este vacío informativo se agrava por la centralización de la comunicación en la capital, Montevideo, dificultando el acceso a datos cruciales en tiempo real.
Lo que UTE ha comunicado es muy poco, señala que «en Colonia la magnitud de los daños involucra 140 postes de Media Tensión y 61 postes de Baja Tensión caídos, además de 4 Subestaciones afectadas, muchas líneas cortadas y árboles sobre el tendido eléctrico, pero no dice la ubicación de las subestaciones y la región que afecta», habla de 140 postes de media tensión y 61 postes de baja tensión, pero ¿dónde? y ¿cómo avanza la recuperación de los mismos?
«Adicionalmente, aún existe imposibilidad de acceso a algunas instalaciones debido a pasos cortados y terrenos inundados, que han dificultado el avance de las tareas de reposición,» ¿cuáles son los pasos cortados, y dónde están los terrenos inundados?, la dificultad de avance ¿es en horas, días, semanas o meses?.
Por último señala que «UTE continúa incorporando más recursos propios y personal contratado desde otros Distritos, que se suman para aumentar la fuerza de trabajo con el objetivo de restablecer lo antes posible la energía, considerando siempre las condiciones de seguridad requeridas para las distintas tareas operativas,» ¿cuánto personal y de dónde vienen, con qué calificación?.
La comunidad local ha expresado su inquietud y frustración frente a esta situación. «Estamos en una especie de limbo informativo. Sabemos que hay un problema, pero no tenemos claridad sobre su magnitud ni sobre las medidas que se están tomando para resolverlo,» señala un comerciante afectado. Autoridades locales, por su parte, enfatizan la urgencia de establecer un sistema de comunicación más eficaz y descentralizado que pueda responder de manera adecuada a las necesidades de la población en emergencias como esta.
Este incidente subraya la importancia de revisar y mejorar los protocolos de comunicación y respuesta ante emergencias en el país. La dependencia de un centro de comunicaciones en Montevideo ha demostrado ser un enfoque limitado ante crisis que afectan áreas específicas.
Se plantea, por tanto, la necesidad de implementar sistemas que garanticen una comunicación oportuna y eficiente, fortaleciendo así la resiliencia de las comunidades frente a futuras emergencias.