+ Colonia: La ciudad imaginada (parte 1)

Por Elio García

Marc Augé antropólogo francés especializado en etnología, define a la ciudad como una figura espacial del tiempo en la que convive el presente, pasado y futuro. Toda ciudad tiene un nacimiento, una historia que consolidan un proyecto político.
Y en el caso coloniense  estamos ante un nacimiento territorial, algo nuevo ensamblado a una ciudad con un modelo de damero que a su vez tiene una relación histórica, también de ensamblado con el Barrio Histórico.

Colonia Del Sacramento como ciudad se presentaría conectada entonces al pasado y en la otra ala al presente tecnológico global.

De la ciudad de Le Corbusier que interpreta un modo de vida sedentario, donde todo lo necesario está cercano, a un modelo donde la movilidad viene asistida por la tecnología y donde los espacios de actuación son globales, a través de internet, de la incorporación de la robótica, por señalar solo dos miradas que vienen transformando nuestras vidas.

Sin duda el proyecto es desafiante, tan solo al preguntarnos:  ¿Estamos ante un barrio, una comunidad o una ciudad?

Queda claro que mirando la ciudad como un todo, el proyecto «Colonia Ala Este» es un intento extensionista.

La ciudad crece. Al ocupar ese lugar uno debe preguntarse todas aquellas cosas que enriquecen el proyecto pero también todas las otras que son dejadas de lado. La trama íntima de los espacios, las rutinas y los modos diarios de hacer y de percibir de quienes ya viven en cercanías y como se reconstruye eso con nuevos habitantes.

¿Estamos ante un conglomerado de personas o ante el desarrollo de una nueva comunidad? Entonces cuáles serán los puntos de contacto entre esa comunidad y la gente de la ciudad.

Supongamos que se establecen algunos cambios, de convivencia, quién lidera los mismos?, quién lo organiza y quién lo controla? Y cómo se burocratizan los mismos. Cómo se evalúa y quién lo hace, dónde se registra las acciones de la gente y sus resultados.

Los choques culturales
La vida cotidiana recoge diariamente las evaluaciones, percepciones que la gente de un lugar incorpora a sus movimientos normales.
Cuando hablamos de evaluaciones nos referimos a cómo adjudican los ciudadanos de un barrio su propia situación social, cómo se ven a si mismos y esto concluye en que todos nos adjudicamos un valor imaginario que nos permite calificar y descalificar seres, hechos, objetos y espacios.

¿Cómo dialogarán las calles de la ciudad, con la creación de supermanzanas?

«La conformación urbanística del proyecto se estructura en función de una serie “de supermanzanas de forma orgánica donde se desarrollarán las actividades de tipo urbanas y suburbanas, generando entre sus intersticios una serie de parques naturales que permitirán tanto la puesta en valor e integración de la biodiversidad existente con la ciudad, así como la conservación de las áreas de protección natural de las zonas de inundación del arroyo La Caballada”. (nota de Forbes Argentina – 2/5/2022)

El proyecto está planificado en dos etapas, en la primera se desarrollaría la urbanización en unas 200 hectáreas ubicadas entre la cantera de Ferrando y el camino de ingreso a la playa El Calabrés, y se incorporaría la desembocadura del arroyo La Caballada en el Río de la Plata.

Cuando uno analiza el conjunto de percepciones que el proyecto desarrolla no hay referencias desde la perspectiva de los vecinos colonienses, tampoco se publicita mucho la opinión de potenciales habitantes.
La construcción cultural se sustena entonces ante experiencias en otros países. Los modos que están en juego son los de vivir, sentir, soñar, hacer, esperar de estas comunidades y cómo se conectan con Colonia del Sacramento, por ejemplo, entre diversas posibilidades.

Hay una tendencia, propia de la estructura global del proyecto a preocuparse más por Buenos Aires. Hay una lógica de negocio, pero también de funcionamiento para dar esa prioridad. Por tanto la cultura proyectada por sus fundadores debería acumular los saberes globales y los permanentes cambios tecnológicos que se den en el mundo laboral y en la vida misma.

«Nadie salta por encima de su vida cotidiana, esto es, de sus hábitos, de sus modos de hacer, de sus rutinas, de sus percepciones, de sus relaciones más íntimas, de sus espacios y objetos, de sus códigos, de su historia individual, grupal, comunitaria, de sus expectativas y creencias, de su cultura en suma» (Daniel Prieto C. – Diagnóstico de Comunicación – Manuales Didácticos CIESPAL 1990)

Si hay un desafío territorial entonces es la convivencia, también el de desarticular toda tendencia a que la zona interprete una especie de individualización.
Llegar a un proceso de individualización social es complejo, se puede dar al considerar diferentes a determinadas personas.

Es preocupante la idea de los promotores inmobiliarios en ofrecer las mismas tierras pero con precios diferentes teniendo en cuenta, el grado de calificación profesional, la cercanía empresarial a empresas cuyo perfil encaje en la del proyecto patrocinado. Se trata de un barrio que existiría allí denominado «Pioneros».

Podría existir con estas acciones la consolidación de estereotipos que excluyeran en ese espacio gente con otro perfil, por lo que la creación del espacio social, por más abierto que sea, en sus avenidas y movilidad, sería excluyente para habitarlo.

«Lo particular del Barrio Pioneros es que no cualquiera puede acceder a comprar un lote allí, sino que únicamente se logra “por invitación” de alguno de los desarrolladores del proyecto, según cuenta Eduardo Bastitta. Además, el precio de los lotes “varía según el comprador”, asegura Bastitta y agrega entre risas: “Si es un científico le hacemos un precio diferente que si es el dueño de un unicornio de la tecnología. Les cobro lo que quiero”. Aunque prefirió no decir quiénes, el empresario dijo que ya hay “personalidades destacadas” que tienen su lugar allí.» (El País – 3/12/2023 – Entrevista de Clara Lussich al empresario Eduardo Bastitta).

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