El fenómeno climático conocido como El Niño continúa su influencia en el Océano Pacífico Ecuatorial, manteniendo su presencia con fuerza desde su declaración en junio del año pasado. Según los datos más recientes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el fenómeno, que ahora entra en su octavo mes de actividad, muestra intensidades que varían de moderadas a fuertes, señala el informe de MetSul.
Este mes de marzo, marcado por la persistencia de El Niño, podría experimentar una disminución gradual en su intensidad. Sin embargo, se prevé que su influencia climática se mantenga a lo largo del mes.
Metsul Meteorología anticipa que el fenómeno de El Niño actuará con una intensidad moderada a lo largo de marzo, con anomalías térmicas entre 1ºC y 1,4ºC. Se espera que el evento actual concluya hacia mediados de otoño, entre abril y mayo, dando paso a un periodo de condiciones neutrales en el Pacífico Ecuatorial Central, que probablemente se extienda hasta la segunda mitad del otoño e incluso el inicio del invierno.
Aunque se prevé un debilitamiento de El Niño, sus efectos aún pueden ser significativos. Con el otoño meteorológico desarrollándose bajo la influencia de El Niño, existe un riesgo elevado de precipitaciones excesivas.
Las proyecciones recientes de la Universidad de Columbia indican una alta probabilidad de que El Niño persista en los últimos días del verano, seguido de una transición a una fase neutra durante el otoño, y el retorno de La Niña hacia finales de otoño o durante el invierno. Estas proyecciones subrayan la dinámica cambiante de los patrones climáticos y la importancia de la preparación y adaptación a sus efectos.
En resumen, mientras El Niño comienza a debilitarse, su presencia durante marzo seguirá siendo un factor determinante en las condiciones climáticas, subrayando la necesidad de monitorear continuamente su evolución y prepararse para sus posibles impactos.
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