En Avenida Paraguay, un día que prometía ser como cualquier otro se vio alterado por la desaparición de un VW Gol. La noticia llegó a las autoridades a través de un llamado al 911 realizado por un ciudadano, cuya preocupación se palpaba en cada palabra transmitida a través de la línea. La escena, ya no solo pertenecía a la víctima y al ladrón, sino que se había expandido, capturando la atención de los vecinos.
El protagonista involuntario de este suceso, R.M.S.M., de 32 años, no tardó en convertirse en el centro de una narración que nadie hubiera querido vivir. Tras colisionar contra una camioneta estacionada, su intento de huida fue frustrado no por la policía, sino por ciudadanos que, en un acto reflejo, decidieron actuar. Este arresto ciudadano no solo habla de la captura de un individuo, sino también de una comunidad que, frente al delito, responde por su cuenta.
Con la llegada de la policía, se inició el protocolo habitual en estos casos: entrevistas, recopilación de evidencias, y finalmente, la detención formal de R.M.S.M. La fiscalía intervino rápidamente, dictando la detención del sospechoso y ordenando las acciones a seguir, que incluían la devolución del vehículo a su propietario y la recolección de pruebas por parte de la Policía Científica.
La crónica de este día en la Avenida Paraguay no termina con el arresto de un sospechoso o la recuperación de un auto robado. Se extiende a la reflexión sobre el papel de cada individuo dentro de su comunidad, la solidaridad frente a la adversidad, y el poder colectivo para hacer frente a los desafíos que perturban la tranquilidad de la vida cotidiana.