Desde el alba, el suroeste se vio envuelto en agua, transformándose lentamente bajo la sombra de nubes cargadas en un día para usar al menos paraguas. La previsión de Inumet, lejos de ser una mera advertencia, marcó el inicio de un episodio meteorológico que, aún en curso, ha tejido su relato en el tejido de la vida cotidiana de muchos vecinos.
Las precipitaciones, protagonistas indiscutibles de este miércoles, no solo cumplieron las expectativas sino que en algunos puntos del centro y suroeste se catalogaron como «puntualmente copiosas». Este dato, preciso y verificable, ha servido de guía para las medidas tomadas por la población y las autoridades en respuesta al fenómeno. En la mañana vecinos de Carmelo nos hablaban que había caído ya 50mm.
Con la ausencia notable de viento y granizo, este evento se ha caracterizado principalmente por la abundancia de agua, redefiniendo calles y plazas en ríos temporales y dibujando un paisaje transformado por la lluvia.
A pesar de la intensidad de las precipitaciones, la actividad eléctrica se ha manifestado con un espectáculo de luces en el cielo, añadiendo un matiz dramático a la jornada.
A medida que el evento avanza hacia el este y noreste, la comunidad mantiene la esperanza de que el pronóstico de Inumet se mantenga fiel y las condiciones mejoren con la llegada del jueves 4 de abril. Este ciclo de renovación, marcado por la lluvia, nos recuerda la fuerza y la imprevisibilidad de la naturaleza, así como nuestra capacidad de adaptación y resiliencia.
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