Buenos Aires, 5 abr (EFE).- El Gobierno de Javier Milei buscará inspeccionar la base con fines espaciales que China instaló en la provincia argentina de Neuquén y que Estados Unidos objeta por presuntos objetivos militares.
La estación espacial china, que opera desde octubre de 2017 en virtud de un primer acuerdo bilateral firmado en 2012, durante la Administración de la peronista Cristina Fernández (2007-2015), volvió al centro de la escena esta semana, en el marco de la visita que la general del Comando sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, hace a Argentina.
«Se está comenzando a iniciar las negociaciones para hacer la auditoría y la inspección de eso porque los chinos dicen que no es así (respecto a los supuestos fines militares). Se va a estudiar la situación», afirmó Milei en una entrevista con Bloomberg News difundida en la noche de este jueves.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, dijo este viernes en rueda de prensa que el Gobierno argentino cree que la actividad en la base «es meramente científica y de investigación», pero que, «de todas maneras, se harán las inspecciones técnicas que sean necesarias».
«No va a haber ningún tipo de conflicto con China porque no nos vamos a alejar de lo que marca el convenio que en su momento otro gobierno ha firmado con respecto a la base», afirmó Adorni, quien ratificó el alineamiento del Gobierno de Milei con los Estados Unidos en materia de política exterior.
Situada en el paraje Quintuco (1.150 kilómetros al suroeste de Buenos Aires) y concebida para conectar con misiones espaciales, la estación es un proyecto de la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) de Argentina.
A partir de un acuerdo firmado en 2012 entre esos organismos y la provincia del Neuquén, en 2013 comenzó la construcción de la base, en abril de 2015 se iniciaron las tareas de montaje de la antena y en 2017 comenzó a funcionar.
Aunque hubo sucesivas críticas a la instalación de esta base, el asunto volvió a la palestra en estos días, en el marco de la visita de Richardson, quien a inicios de marzo pasado, al exponer ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, afirmó que China busca «ganar influencia y avanzar con su agenda maligna» en Latinoamérica.
Poco después, el embajador estadounidense en Buenos Aires, Marc Stanley, expresó su preocupación por la base china y señaló que le «sorprende que Argentina permita a las Fuerzas Armadas chinas operar en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué».
«Tengo entendido que se tratan de soldados del ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí», dijo al diario La Nación.
Sin hacer mención pública al espinoso asunto de la base china, en la noche de este jueves, en la sureña ciudad de Ushuaia, puerta de entrada estratégica a la Antártida, Milei se reunió con Richardson, quien dijo esperar «trabajar con Argentina para fortalecer la cooperación regional en defensa».
Este viernes, el Gobierno de la provincia de Neuquén emitió un comunicado, en el que sostuvo que, en relación a la estación espacial instalada en su territorio, «es imprescindible garantizar la seguridad jurídica en el cumplimiento de los contratos y acuerdos establecidos» y también «debe asegurarse la máxima transparencia en el desarrollo de las actividades que son objeto de dichos acuerdos».
«De frente a la sociedad argentina en general y la sociedad neuquina en particular, deberán realizarse -de ser necesarios- todos los controles pertinentes por parte del Gobierno nacional argentino, para asegurar el cumplimiento efectivo de todos aquellos ítems incluidos en los acuerdos y garantizar, al mismo tiempo, que no existan posibilidades de ninguna actividad que no se encuentre debidamente contemplada», señaló el Ejecutivo provincial.