Luque (Paraguay), 11 abr (EFE).- Sudamérica rescató del olvido reliquias de la historia que rodeó la organización del primer mundial de fútbol para convertirlas este jueves en testigos de su compromiso para albergar, cien años después, una cita mundialista que tendrá como escenario siete países y unirá a tres continentes.
La mesa donde sesionaba la dirigencia del fútbol regional y en la que se firmó en 1916 la primera acta del Campeonato Sudamericano que dio vida a la Copa América, uno de los balones de la final del primer Mundial y los documentos que dieron origen a esta competencia acunada en Montevideo, sobresalieron en la firma del acta de realización de la cita de 2030.
Los titulares de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y de la FIFA, Gianni Infantino, rubricaron junto a los presidentes de Paraguay, Santiago Peña, y Uruguay, Luis Lacalle Pou, el documento, que esperan sea recordado dentro de 100 años.
El acto, adornado también con dos trofeos mundialistas, una de ellos la Copa Jules Rimet, bautizada así en honor al presidente de la FIFA fallecido en 1956, se celebró como parte del 78 Congreso Ordinario de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
«El Mundial 2030 también va a ser algo especial, va a ser algo único, va a ser el mundial del centenario, va a ser el mundial que verdaderamente une al mundo», afirmó en su intervención Infantino, a quien Domínguez entregó la condecoración a la Orden del Mérito del Fútbol Sudamericano.
El dirigente llamó a proteger y cuidar los valores de este deporte, que, consideró, es el «movimiento social, no solamente deportivo» más importante del mundo, con «más de 5.000 millones de seguidores».
Además, propuso que, a partir del acta rubricada hoy, se empiecen a idear eventos «para celebrar los 100 años de los Mundiales».
«En este periodo de división, en este periodo de agresividad a nivel a nivel mundial, con conflictos en varias partes, necesitamos algo para unir la gente y no hay nada mejor para unir la gente que el fútbol», agregó, en otro aparte de su discurso.
Lacalle Pou defendió, por su parte, que el fútbol «excede la pelota, los jugadores, los hinchas, los dirigentes».
«Es una obligación no legal al gobernante, es una obligación moral ayudar, colaborar y emprender en lo que se pueda», manifestó, al expresar su interés de asumir un compromiso de cara al certamen de 2030.
El mandatario destacó igualmente la convicción de «esos locos» que se fueron a pelear del otro lado del Atlántico para traer a su país un mundial y celebró la «actitud disruptiva de la FIFA» de haber seleccionado como sede a Sudamérica sin basarse en «la inversión económica que había que hacer» sino «en la razón de existir de esta pelota».
Peña, entretanto, aseguró en su discurso que se presentan como «países que tienen enormes sueños».
«Sudamérica no solamente hoy domina el escenario mundial del fútbol, con el último campeón del mundo de mayores, con el último campeón del mundo de menores, pero estamos deseosos de organizar, como lo hacen todos los países, el próximo mejor mundial que se va a realizar en el año 2030», afirmó.
Además de Argentina, Paraguay y Uruguay, la competencia centenaria se disputará en España, Portugal y Marruecos.