Asunción, 3 may (EFE).- El exbanquero Jorge Peirano Basso permanece este viernes en la sede de la Interpol en Asunción, adonde fue trasladado después de ser extraditado desde Uruguay a pedido de la Justicia paraguaya, a raíz de la quiebra en el país del Banco Alemán, propiedad del Grupo Velox, informó el organismo internacional.
Peirano Basso arribó en la noche del jueves al país, donde es requerido dentro de una causa por «lesión de confianza y otros» relacionada con la quiebra, en 2002, de la entidad bancaria.
La Interpol indicó en un comunicado que Peirano Basso enfrenta una acusación por los presuntos delitos de fraude bancario o financiero y falsificación, que, según el Código Penal paraguayo, pueden acarrear una pena máxima de 15 años de prisión.
En mayo del año pasado, José Peirano Basso -hermano de Jorge Peirano Basso- también fue extraditado a Paraguay, después de una decisión de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay que declaró «inadmisible» un recurso de casación que buscaba que fuese enviado a Argentina, bajo el argumento de que el «delito más grave» había sido en ese país.
Jorge Peirano Facio -padre y quien fue ministro de Industria y Comercio y canciller de su país- integraba junto a sus hijos -Jorge, José, Dante y Juan- el Grupo Velox (o Grupo Peirano), que contaba, entre otras propiedades, con el Banco de Montevideo, el Banco Velox en Argentina y el Trade and Commerce Bank (TCB), este último en las Islas Caimán.
En Paraguay, la familia Peirano adquirió en 1989 el Deutsche Bank, que pasó a denominarse Alemán, así como las financieras Fondos de Inversiones Guaraní, Velox Inversiones, Sociedad de Bolsa y Garantías, Planeamiento Financiero y Pensiones, entre otros.
En junio de 2013, la Justicia uruguaya condenó a 3 de los 4 hermanos Peirano Basso a penas de entre 6 y 9 años de cárcel por la quiebra del Banco de Montevideo en 2002, pero no fueron enviados a prisión después de que permanecieran recluidos de forma preventiva entre 2002 y 2007.
La sentencia estableció que los banqueros «llevaron a cabo actos dirigidos a ocultar o hacer desaparecer total o parcialmente el patrimonio» del Banco Montevideo, transfiriendo fondos a bancos de su propiedad en las Islas Caimán y Argentina, incrementando el riesgo de quiebra de la entidad «más allá de lo razonable».
Esta estafa bancaria, de unos 800 millones de dólares, desató una crisis de confianza en el sistema financiero de Uruguay en 2002, la peor en la historia de ese país.
Los banqueros habían sido detenidos en agosto de 2002. El padre de la familia falleció en la cárcel en 2003 mientras esperaba juicio, y su hijo mayor, Juan Peirano Basso, huyó a Estados Unidos, que lo extraditó a Uruguay en 2008 y está siendo juzgado por otro tribunal. EFE