Un estudio reciente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd) ha revelado conexiones significativas entre el clima escolar y la percepción de seguridad y desempeño académico de los estudiantes uruguayos, proporcionando una mirada detallada y cuantificable sobre cómo los entornos educativos influyen directamente en la vida y educación de los jóvenes.
La investigación, que analizó las respuestas de miles de estudiantes de tercer año de educación media, indica un incremento notable en la percepción de violencia desde 2018, con una marcada influencia de la violencia barrial y la calidad del clima escolar en la seguridad percibida por los estudiantes. En particular, el estudio encontró que un ambiente escolar positivo y seguro está directamente correlacionado con mejores desempeños académicos en áreas críticas como matemáticas y lectura.
El clima de aula, definido por la interacción entre estudiantes y profesores y el abordaje de conflictos, emerge como un factor crucial. Los resultados muestran que una mayor aceptación de la diversidad y un enfoque inclusivo y de respeto mutuo pueden mejorar significativamente la percepción de seguridad entre los alumnos.
De manera preocupante, el estudio también señala un aumento en el consumo de drogas entre los estudiantes, con un 83,8% de los encuestados admitiendo haber consumido alguna sustancia psicoactiva en el último año. Este comportamiento se asocia negativamente con el clima escolar, sugiriendo un impacto directo en la percepción de seguridad y el rendimiento académico.
«Estos hallazgos destacan la necesidad de políticas educativas que fomenten un ambiente escolar seguro y acogedor, que no solo contrarreste las influencias negativas de la comunidad y el entorno, sino que también promueva activamente la salud socioemocional y académica de los estudiantes», afirma Carmen Haretche, Directora del Área Técnica de INEEd.
El estudio propone un enfoque multidimensional para abordar estos desafíos, enfatizando la importancia de fortalecer los vínculos dentro de los centros educativos, mejorar las habilidades socioemocionales de los estudiantes, y promover una cultura de diversidad y aceptación.
Este informe no solo proporciona una base empírica para futuras intervenciones educativas, sino que también sirve como un llamado a la acción para todos los stakeholders en el ámbito educativo de Uruguay y más allá, para trabajar conjuntamente hacia entornos educativos más seguros y enriquecedores para todos los estudiantes.
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