Por politólogo Abel Oroño
En la noche del próximo 27 de octubre se procederá, en cada circuito de votación, a realizar el escrutinio primario en el que se abrirá cada uno de los sobres de votos no observados y se computará el respectivo contenido.
Los votos observados se pondrán aparte e irán dentro de la urna a la Oficina Electoral Departamental para ser analizados en ocasión del escrutinio departamental o escrutinio definitivo, donde se verificará si será válido, en blanco, blanco parcial o anulado definitivo.
Las causales de categorizarse como observado un determinado voto son las siguientes:
1) estar desarrollando tareas en determinado circuito –como integrante de Mesa, como custodia u otras como funcionario de la Corte Electoral, y tener credencial de otro circuito.
2) no figurar en el padrón pero presentar su credencial, que sí corresponde al mismo, en ese caso debe dejar su credencial para que oportunamente la Oficina Electoral regularice su habilitación.
3) presentarse votar en un circuito rural, luego de las 18 horas, con credencial del Departamento, pero de otro circuito.
4) hay dudas de integrantes de la Mesa y/o de delegados partidarios sobre la identidad de la persona que se presenta.
5) una persona se presenta ante la Mesa diciendo su serie y número y no se le encuentra en el padrón, en ese caso deben tomarse sus huelas dactilares.
6) si un ciudadano con discapacidad motriz le corresponde un circuito con dificultades de accesibilidad y se presenta a otro que no la tiene, se habilita a que vote en ese circuito.
Separados, entonces, los sobres con votos observados, que se vuelve a introducir en la urna para su remisión a la Oficina Electoral Departamental, se procede a la apertura de los demás sobres, presentándose las siguientes opciones de votos emitidos, todos los cuales se considerarán a la hora de los porcentajes necesarios para la elección presidencial y para los plebiscitos a consideración del cuerpo electoral:
Votos en blanco: son aquellos en los que el sobre está totalmente vacío
Votos en blanco parcial: son aquellos sobres que solamente contengan una o ambas hojas de SI por alguno de los plebiscitos en trámite, en ese caso serán votos en blanco para las elecciones presidenciales y parlamentarias.
Votos anulados: son aquellos sobres que tienen cualquier objeto extraño. Hay muchos ejemplos, algunos han sido los siguientes: nylon, plásticos, llaves, hojas vegetales, otros papeles, documentos, hojas manifiestamente rotas o escritas, a los que se suman aquellos sobres que tengan más de dos hojas de votación y los que tengan hojas de dos Lemas (o Partidos) diferentes.
Votos válidos: son aquellos sobres que contengan hasta dos hojas de un mismo Lema, si fueran iguales, se descartará una y computará la otra. Si fuesen distintas, se computará como voto al Lema respectivo, sin preferencia alguna dentro de ese Lema. Estos votos son los que se considerarán a la hora de adjudicar las bancas parlamentarias en disputa en octubre, 30 Senadores y 99 Diputados.
Votos por SI al plebiscito de la Seguridad Social (hoja blanca): son aquellos sobres que contengan esta hoja, esté o no acompañada de alguna hoja de las elecciones o el SI de hoja amarilla. En caso de no figurar una hoja blanca es un voto negativo
Votos por SI al plebiscito que habilitaría los allanamientos nocturnos (hoja amarilla): igual criterio que la anterior, de no figurar ninguna hoja amarilla es un voto negativo.
Los plebiscitos son instrumentos de democracia directa para validar los mecanismos de propuestas de reformas constitucionales, es decir, que son instrumentos aprobatorios.
Los referéndums también son instrumentos de democracia directa pero son reprobatorios, buscan impugnar normas emitidas por la autoridad nacional o departamental competente y que son resistidos por grupos de ciudadanos.
Comentarios adicionales
Históricamente la concurrencia física en las elecciones ronda el 90% del padrón electoral, por diversas causas, tales como haber fallecido y no haberse recibido la notificación del Registro, no poder concurrir por encontrarse privado de libertad, o internado por razones de salud o por otra imposibilidad física de traslado, así como estar en el exterior, sea por razones laborales transitorias o por haberse radicado de forma permanente fuera del país.
Sobre este último punto cabe señalar que Uruguay es uno de los pocos países del mundo que no tiene habilitada ninguna forma de voto para los uruguayos en el exterior: voto epistolar, voto consular, posibilidad de elección de parlamentarios específicos, por ejemplo, lo que es, en mi percepción, materia pendiente para el futuro.
Por otro lado, los votos en blanco y anulados han venido registrando guarismos del entorno del 3 o 4% de los emitidos, por lo que los votos válidos para las elecciones parlamentarias han sido del orden de un 87% del padrón electoral.
Más allá de las restricciones de nuestra normativa electoral referida a los ciudadanos uruguayos residentes en el exterior que espero en algún momento se podrá abordar, quisiera trasmitir la preocupación personal sobre la existencia del voto en blanco y del voto intencionalmente anulado, en términos democráticos.
Como se registra más arriba los porcentajes vienen siendo relativamente estables en las diferentes elecciones post dictadura, pero reflejan la existencia de cierta cantidad de ciudadanos uruguayos, residentes en el país que emiten señales, en mi percepción, muy preocupantes.
Los votos en blanco parecieran manifestar su total prescindencia de la instancia eleccionaria, dejando en otras manos (los que sí se pronuncian por la opción que fuese) la decisión sobre su futuro como uruguayos, sobre el diseño y conducción de las políticas públicas que los afectarán, quieran o no, lo mismo que a sus familiares.
Debiéramos intentar encontrar, como país, los incentivos para motivarlos a pronunciarse sobre la selección de los gobernantes, en tanto quieran o no, están involucrados.
Los votos anulados pueden tener varias razones para su presencia: errores involuntarios (más de dos hojas, roturas no intencionadas de las hojas introducidas, distracción al dejar en el sobre algunos objetos) pero otros también reflejan expresa intencionalidad (roturas o escrituras, u otros objetos extraños, no atribuibles a distracción).
En estos casos se registra la misma preocupación anterior, un desapego al mecanismo democrático de selección de las autoridades a cargo que francamente no es bueno para el futuro y genera similar desafío, encontrar, como país, incentivos adecuados para motivarlos en términos democráticos, cualquiera fuese su opción concreta a la hora de elegir.
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