Por Pltgo. Abel Oroño
Finalmente resultó electo el primer canario como Presidente del Uruguay en 100 años. El último fue Baltasar Brum, que culminó su mandato en 1923. Tomás Berreta lo fue, pero en carácter de canario adoptivo, ya que nació en Montevideo, aunque después transitó toda su carrera con asiento en nuestro Departamento.
No solamente este aspecto, será el primer Presidente electo del país en ser del interior en general, no montevideano para decirlo de otra forma.
La fórmula Orsi/Cosse tuvo 125.000 votos más que en octubre -1.200.000- y la fórmula Delgado/Ripoll 61.000 votos menos -1.101.000-, lo que supone una diferencia dos veces y media mayor que la que obtuvo Lacalle Pou en 2019, indescontable, y que permitió rápidamente ser anunciada por todas las encuestadoras a las 20.30 del mismo domingo.
En las cinco oportunidades en que fue necesaria una segunda vuelta o balotage, con las reglas de la Constitución de 1997 (elecciones de 1999, 2009, 2014, 2019 y 2024) se mantuvo la misma tendencia, la fórmula frenteamplista mejoró su votación de octubre en varios puntos porcentuales y la fórmula de los partidos históricos –después de la coalición- no lograron encolumnar en noviembre a todos sus votantes de octubre. El escenario en sí mismo no era, entonces, ninguna novedad, era lo que en función de los antecedentes iba a pasar, la duda era la magnitud de ambos movimientos.
Todas las encuestadoras, durante toda la campaña posterior a las internas dieron siempre a Orsi/Cosse por delante de Delgado/Ripoll, solamente con diferencias menores en sus respectivos resultados. Lo mismo pasó después del 27 de octubre y hasta el jueves 21 de noviembre, al comienzo de la veda electoral, antes y después del debate por cadena nacional.
No obstante se instaló en la última semana, fogoneada por la estrategia oficialista y por el propio Presidente, que la diferencia era mínima y que probablemente no fuese posible adelantar resultados en la misma noche del balotage.
Incluso se mencionó por fuentes coalicionistas la existencia de una encuesta contratada –de la que no se sabe ningún detalle ni origen- que afirmaba ganaría Delgado por dos puntos porcentuales.
Claramente concertados los principales medios de prensa afirmaron y dieron lugar a comentarios en sintonía de actores de la coalición oficialista de que la campaña frenteamplista pretendía ‘ocultar’ a Orsi temiendo eventuales errores de comunicación por su parte.
Con esta perspectiva vale la pena analizar las respectivas estrategias hacia octubre, hacia noviembre y en la última semana.
En primer lugar fue un hecho potente el haber cerrado la fórmula en la misma noche de las internas, que implicó corregir el error del 2019 en que, además de haber demorado varios días la decisión, pareció haber quedado en manos del candidato, con una incidencia apenas marginal de la fuerza política.
En segundo lugar la fuerza política en sí misma, liderada por Fernando Pereira con gran solvencia, recorrió varias veces todo el país con la consigna ‘El FA te escucha’ para procesar y asumir la derrota del 2019.
En tercer lugar, de julio a octubre la fórmula y la dirigencia del FA volvió a recorrer varias veces todo el país y no sólo las capitales sino también las pequeñas localidades del interior, así como los diversos barrios de Canelones y Montevideo.
Esta priorización en recorrer el territorio, con relativamente poca presencia en los grandes medios, así como la negativa a participar en paneles en los que se generaba claramente ‘todos contra Orsi’ dio lugar al estribillo ‘lo están ocultando’
En esta mirada muy montevideana, presumiendo que si no está en los grandes medios no es relevante, el examen de la estrategia ganadora (la de Orsi/Cosse/FA) es imprescindible señalar que las decenas de notas concedidas a medios locales y departamentales reacercó al FA y a su fórmula con la población del interior.
Cómo se demostró en octubre la recuperación de respaldo electoral en relación al 2019 fue notoria y, aunque no alcanzó para alcanzar mayoría en ambas cámaras, sí se logró en el Senado, como ya se comentara en otras entregas.
En relación al desarrollo de la campaña hacia el balotage es posible señalar dos tramos: las tres primeras semanas y la última después del debate. En las tres primeras semanas se continuó con las presencia en el interior para centrarse en los últimos días en el área metropolitana y concediendo, ahora sí, numerosas entrevistas en los grandes medios, en las que, por otra parte, ambos integrantes mostraron solvencia en cada uno de los temas en que se requirió su opinión.
La estrategia perdedora –Delgado/Ripoll- tuvo complicaciones desde la misma noche en que se anunció la misma y requirió cierto tiempo en irlas solucionando. Por otro lado, la actitud confrontativa asumida por blancos y colorados en particular y casi exclusiva presencia en grandes medios y en redes –con la llamativa presencia de Ojeda en ellas- introdujo elementos adicionales de cómo proceder luego de las parlamentarias.
En la campaña para el balotage es posible ver claramente dos etapas de la fórmula Delgado/Ripoll: una en las primeras tres semanas, de alta confrontación verbal en la que no mencionó en ningún momento la mayoría propia del FA en el Senado y su relevancia en sus facultades específicas y solamente afirmando –de manera ambigua- que nadie tenía mayoría parlamentaria propia.
El propio desempeño en el debate fue centrado en su permanente alusión al FA, criticando sus gestiones, como si fuese el gobierno saliente y sin registrar, ni aludir tampoco a la necesaria búsqueda de gobernabilidad que, con esa actitud se complicaría mucho.
En la última semana, posterior al debate recién comenzó a mencionar la necesidad de dialogar y acordar con el FA los aspectos importantes de la gestión, pero con la particularidad de que mencionó la necesidad de que el FA cambiara el chip, en términos de actitud, sin alusión alguna al cambio de chip propio, postulado hasta el día anterior.
Los primeros análisis de las cifras de la segunda vuelta darán para muchas reflexiones pero claramente surgen algunos comentarios o reflexiones: el FA creció en todo el país, en especial en el interior profundo y ganó en cuatro de las cinco circunscripciones mayores en número de habilitados: Montevideo, Canelones, Salto y Paysandú. Solamente no ganó en Maldonado, aunque también aumentó notoriamente su caudal electoral.
En definitiva no es como sacar el 5 de oro sin jugar, los resultados son, en mi percepción, consecuencia de las respectivas estrategias de campaña, de sus aciertos y de sus falencias que, en definitiva, responden a un diagnóstico previo y al manejo de los tiempos y de los contenidos.
Queda pendiente intentar analizar ganadores y perdedores del 24 de noviembre y los desafíos emergentes para el período que viene.
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