Bajo la denominación de «Zagarzazú Alerta» un grupo de vecinos de este balneario que integra la Comisión Vecinal de Zagarzazú, crean un sistema mediante whassap donde mantienen comunicaciones directas con la policía «con el fin de mantenernos comunicados ante cualquier ilícito o movimiento sospechoso», argumentan. Indicando más adelante que de esta forma preservan «la seguridad y tranquilidad de la zona.»
El grupo además colocó cartelería nueva del nomenclator vial como forma de intervención ciudadana en la mejora de la identificación de las calles.
El territorio del miedo
En Uruguay las primeras formaciones de grupos de vecinos organizados contra la delincuencia surgen a partir de una ‘sensación de inseguridad’. Es un fenómeno social que viene para quedarse en donde ‘el otro’, ‘el extraño’, es observado por la sociedad desde el miedo. Hay diversos abordajes y casi todos apuntan al retiro del Estado de su función natural de control y seguridad ciudadana. Por diversos motivos la gente percibe que ya las instituciones de seguridad pública no pueden por si solas hacerse cargo del problema. Entonces comienzan estos movimientos privados que marcan un verdadero territorio del miedo.
«Preocupados por la seguridad en la zona de Solymar al Sur en octubre de 2007 surgió una organización vecinal bajo el nombre de Comisión de Seguridad Barrial Centinela Alerta para, según declaran, colaborar con la policía en materia de seguridad pública. El 24 de enero de 2009 realizaron su primera asamblea pública en la que invitaron a otros vecinos de la Ciudad de la Costa interesados en imitar el modelo de Centinela19. A la reunión asistieron seis organizaciones (la convocante más Juncos, Laureles, Apereá, Barlovento, Vecinos Alerta y Seguridad Barrial) que “se organizan para velar por la seguridad del barrio” y nombraron como presidente de la asamblea al Coronel Arquímedes Cabrera, hasta entonces coordinador de Centinela Alerta, militar retirado y militante del Partido Nacional,» explica el trabajo realizado por Nicolás Duffau, titulado ‘Organizaciones vecinales y seguridad en el Uruguay actual’ y publicado por el Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos.
Duffau advierte en su estudio que «la existencia de comisiones vecinales de seguridad solo da cuenta de un estado incapaz de establecer mecanismos educativos y represivos para contener el delito, al mismo tiempo que habla de una sociedad que se autovictimiza como si la existencia de personas que recurren al robo para vivir fuera algo completamente ajeno a la ciudadanía.»
El sociólogo argentino Gabriel Kessler es uno de los autores que más ha profundizado en los últimos años sobre el “sentimiento de inseguridad”, al cual considera como un fenómeno no relacionado de forma directa con los índices de delito. Es decir, si bien este sentimiento aumenta cuando se produce un incremento de la criminalidad, su instalación como problemática no desaparece pese al descenso de las tasas de delito. Este sentimiento está muy vinculado al imaginario colectivo ya que una parte de la ciudadanía, supuesta víctima de la delincuencia, contrapone un presente peligroso y caótico con un pasado integrado y seguro.
El sociólogo polaco Zygmunt Bauman también ha indagado ese supuesto temor colectivo a lo “peor” que nunca llega, pero que, en tanto sentimiento latente, desarticula las relaciones sociales y rompe cualquier lazo de solidaridad