Madrid, 23 ene (EFE).- El Camino de los Jesuitas, diseñado como el «corredor turístico» de América del Sur, busca vender al resto del mundo «otra cara de Sudamérica», destacó este jueves la presidenta de la Federación Sudamericana de Turismo (Fedesud), Marina Cantera.
La entidad que aglutina a cámaras de turismo de Sudamérica presentó esta ruta por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) en Madrid.
La presencia de la compañía de Jesús durante más de dos siglos en época colonial en América dejó un legado, especialmente en el sur del continente, que en nuestros días combina patrimonio -con sus iglesias y misiones-, cultura, música barroca y gastronomía, entre otros atractivos turísticos, con 19 declaraciones de Patrimonio de la Humanidad, material e inmaterial.
La ruta turística promovida por Fedesud, con apoyo de los bancos de desarrollo BID y Fonplata, ofrece esos 19 sitios amparados por la Unesco entre los 55 que suma este recorrido por «donde todo empezó» en Sudamérica con la llegada de estos religiosos en el siglo XVI, dijo la presidenta.
El objetivo es «vender otra Sudamérica», añadió, más allá de destinos más conocidos por el turista como la antigua ciudad inca de Machu Picchu en Perú o la Patagonia entre Argentina y Chile.
Para ello, ofrece experiencias diferentes en un único viaje, desde naturaleza y tradiciones culturales a gastronomía, en el marco de un programa más global, Sudamérica Conecta, que incluye once rutas por nueve países: además de los citados en la ruta jesuita, Chile, Perú, Ecuador y Venezuela.
El programa pretende posicionar a Sudamérica como un destino común, más competitivo, con ejes temáticos como Sudamérica Sabores, Urbana, Naturaleza y Orígenes y estancias de doce a veinte días en viñedos y bodegas, restaurantes ‘gourmet’, visitas entre mercados bohemios o modernos rascacielos, volcanes y selvas como la Amazonía y lugares patrimonio.
Entre ese patrimonio, el legado que dejaron los jesuitas, pues en países como Bolivia o Paraguay se conservan tanto sus templos como la música barroca que enseñaron a los pueblos indígenas.
Una forma de «perpetuar ese legado», en palabras de Ángel Bogado, del Ministerio de Turismo de Paraguay, y de contribuir en América a avanzar hacía un «futuro conectado», según Verónica Pardo, subsecretaria de Turismo de Chile.
La presencia jesuita duró hasta mediados del siglo XVIII, cuando fueron expulsados por la Corona española al igual que hicieron entonces otras monarquías europeas en sus respectivos países y colonias.
Comentarios