Desde este sábado 22 de febrero y hasta el martes 25, el calor no dará tregua en gran parte del país. El Instituto Uruguayo de Meteorología (INUMET) ha emitido un comunicado anunciando una ola de calor que promete sofocar ciudades y pueblos de todo el territorio, con máximas que superarán los 32°C en la costa y alcanzarán picos de 39°C en el litoral oeste.
El fenómeno, que se espera prolongado e intenso, se debe a una combinación de altas presiones y vientos cálidos que acentuarán la sensación térmica y convertirán las calles en planchas ardientes. Según los modelos numéricos de predicción, las mínimas no bajarán de los 21°C, lo que augura noches pesadas, de esas en las que las sábanas sobran y los ventiladores giran sin descanso.
Carmelo, Colonia, Montevideo, Canelones, Paysandú, Río Negro, Salto, Soriano y otras tantas localidades figuran en la extensa lista de regiones afectadas. Desde Artigas hasta San José, el país entero se verá sumergido en un calor que promete pegar fuerte. En las ciudades costeras, el alivio de la brisa marina será apenas un espejismo: la temperatura seguirá subiendo, implacable.
En barrios y plazas, la sombra será un bien preciado, y los carteles de ‘agua fría’ en los almacenes de barrio se multiplicarán como un mantra contra el calor. A esta altura del verano, pocos se sorprenderán: Uruguay ya conoce estas embestidas del clima, aunque cada año parezcan más feroces, más prolongadas, más ineludibles.
Mientras tanto, INUMET insiste en la precaución: mantenerse hidratado, evitar la exposición al sol en las horas pico y prestar especial atención a niños, adultos mayores y personas con afecciones crónicas. No son palabras vacías: son las reglas básicas para atravesar una ola de calor que, según los expertos, podría convertirse en un patrón recurrente.
La historia de estos días se escribirá en termómetros que rozan el delirio y en la espera ansiosa de un viento del sur que, aunque tarde, siempre llega. Por ahora, solo queda buscar refugio, apagar las luces innecesarias y esperar, con paciencia y un vaso de agua helada, a que el calor ceda.
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