Por Prof. José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA) /
El Gobierno Nacional, mediante la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), hace llegar anualmente a todas las Intendencias del país fondos destinados a los Municipios. Es parte de la política de descentralización impulsada por el Frente Amplio desde el primer gobierno de Tabaré Vázquez y a través de estos fondos hemos logrado que los Municipios hagan muchas obras que los pueblos y ciudades realmente necesitaban. Esa es la descentralización bien entendida: el gobierno aporta fondos para que cada pueblo haga las obras que tiene que hacer, sin pasar por ningún “filtro”.
Un buen ejemplo de este mecanismo se vivió en 2015 en la ciudad de Tarariras, cuando el Municipio local culminó el acondicionamiento de la ex estación de AFE. La obra costó unos 90 mil dólares y se obtuvo porque el Municipio ganó los fondos concursables de la OPP; de este modo la obra se pudo hacer. La OPP envió la totalidad del dinero a la Intendencia de Colonia y ésta se encargaba de supervisar la obra, pagar a las empresas, comprar suministros, etc. La obra de AFE se inauguró en mayo 2015 y fue un logro para toda la comunidad de Tarariras, un buen trabajo del Municipio de esa ciudad y una buena forma de invertir la plata de todos.
En agosto 2016 –ya Moreira era el Intendente- telefónicamente le comunican desde la Intendencia al alcalde Bertón que aún quedaban unos 10 mil dólares para gastar de la partida de la OPP y que el 31 de agosto vencía el plazo para proponer en qué gastarlo. El alcalde y los concejales pusieron manos a la obra de inmediato y en pocos días ya habían enviado la propuesta a la Intendencia, que era la que debía tramitar el asunto. No hubo más novedades y hace unos días la gente de Tarariras se entera de que la plata volvió a la OPP porque se había vencido el plazo para gastarla.
No estoy acusando a nadie de haberse quedado con los 10 mil dólares, porque me consta que volvieron a la OPP. Pero me provoca una gran indignación que por demoras injustificadas de algún burócrata de cuarta categoría, la ciudad de Tarariras pierda una inversión de esa magnitud, con la que se podía haber mejorado sustancialmente el edificio de AFE. ¿Cómo puede ocurrir que esos 10 mil dólares hayan estado depositados en una cuenta de la Intendencia durante 15 meses sin que nadie les haya avisado a los destinatarios del dinero? ¿Quién es el jerarca de la Intendencia que omite cumplir con su trabajo?. El Municipio de Tarariras presentó en tiempo y forma un proyecto para invertir ese dinero, ¿por qué se enteran ahora de que ese proyecto no sirvió de nada y el dinero ya no está disponible? ¿Quién resuelve enviar la plata de vuelta a la OPP?
Dentro de los miles de dólares que el Gobierno Nacional envía todos los años a las 19 intendencias del país para que distribuyan entre los Municipios, hay una partida que se la ganan algunos municipios porque son “buenos ejecutores”. No estoy hablando de poca plata: a Tarariras le van a tocar 7 mil dólares este año, 9 mil el año próximo y 24 mil en 2019. Yo pregunto, después de lo que acaba de pasar, ¿y si Tarariras pierde la categoría de “buen ejecutor”? La consecuencia es obvia: puede perder hasta 40 mil dólares, por no haber ejecutado la partida anterior.
Son demasiadas preguntas sin respuestas. A veces los gobernantes no logran calibrar el peso de sus decisiones. Y haber dejado a Tarariras sin sus 10 mil dólares, es responsabilidad absoluta y total del intendente. La Intendencia de Colonia y el Partido Nacional tienen que explicar qué pasó y hacerse responsables de esta gestión absolutamente ineficiente del dinero ajeno. Y también van a tener que interceder ante la OPP para que Tarariras no pierda la categoría de “buen ejecutor”, porque el culpable de haber perdido esa plata no es el pueblo de Tarariras, sino la gestión despreocupada, ineficiente e irresponsable del Intendente de Colonia y del partido que gobierna este departamento.