Este fin de semana dimos a conocer la noticia a través de Carmelo Portal, donde relatábamos la rapiña a mano armada de la cual había sido víctima el almacenero Washington Ariola hace unos días atrás, escena que volvió a repetirse anoche.
El miércoles pasado Ariola fue atacado por dos individuos en su comercio ubicado en la intersección de las calles Rivera y 12 de Febrero. En dicha oportunidad los delincuentes lo amenazaron con un arma y se llevaron la recaudación del día.
Anoche – cuatro días después del otro robo – el almacenero volvió a sufrir una rapiña de similares características, pero esta vez el posible autor de la misma habría sido detenido y pasaría a la Justicia en las próximas horas.
Con respecto al último hecho Ariola informó que volvió a reconocer al delincuente, tal como ocurrió la semana pasada, pero aclaró que no se trata de la misma persona.
Eran alrededor de las 12.30 de la noche cuando el comerciante decidió cerrar el almacén y seguir atendiendo por una de las ventanas de su casa, como lo hace comúnmente.
Al salir a cerrar el portón “vi venir un muchacho caminando” relató Ariola, “terminé de cerrar la puerta del comercio y me dirigí hacia la ventana de mi casa para abrir la cortina y atender por ahí, cuando hago eso me encuentro con él que ya me estaba encañonando detrás del vidrio”.
A partir de ahí comenzó un momento de tensión repitiéndose la escena que el almacenero había vivido cuatro días antes con dos rapiñeros, la diferencia en esta oportunidad es que era un solo individuo y estaba afuera del comercio.
“Lo único que pude hacer fue tirarme para el lado de la puerta, porque era el pequeño lugar que quedaba para ocultarme. Mientras tanto él (rapiñero) seguía con el arma detrás del vidrio y las rejas y yo ni siquiera podía llegar al teléfono para llamar y pedir auxilio por temor a que disparara”, contó reviviendo el momento de desesperación que sufrió anoche el entrevistado.
Empecinado con lograr el objetivo, el joven amenazó varias veces con «volarle» la cabeza a Ariola si éste no le entregaba el dinero. Al no obtener respuesta intentó ingresar al domicilio a través de la puerta, momento en que “logro salir en busca del teléfono, me tiro al suelo y llamo a la policía” dijo el comerciante a Carmelo Portal.
Si bien el delincuente forzó la puerta y con el peso de su cuerpo y a las patadas intentó abrirla, no pudo hacerlo y se retiró del lugar.
En ese preciso momento Ariola terminaba de hablar con la seccional policial, a quienes “les estoy muy agradecido por la inmediatez con la que actuaron, ya que llegaron enseguida, les di parte de lo ocurrido, salieron en búsqueda del muchacho y lo encontraron cuando estaba por llegar a su casa”.
Los uniformados que detuvieron al rapiñero encontraron en su poder un arma de aire comprimido y un pasamontañas, según informó una fuente policial a nuestro medio.
Ariola aseguró a nuestro cronista que el arma con la cual fue robado hace cuatro días, “es la misma con la que me amenazaron anoche”.
En la entrevista que brindó anteriormente el comerciante damnificado relató que había reconocido a uno de los delincuentes, ya que vive en el barrio. Si bien el individuo que intentó robarle anoche también es del barrio (vive a cuatro cuadras del almacén), no se trata de la misma persona. De todas maneras Washington Ariola manifestó; “son compañeros”.
La víctima contó además a Carmelo Portal que una hora antes del hecho, el joven que lo intentó rapiñar a mano armada había estado en el almacén comprando una cerveza. “Alrededor de las 23.30 este muchacho vino y me compró una cerveza, no se si venía realmente a eso, pero como yo estaba con clientes fue la decisión que tomó”.
En esa primera oportunidad “yo estaba con mis hijos” explicó Ariola, quien se preguntó: “¿qué hubiese pasado si nos hubiera atacado en ese momento y no después a mi solo?”.
“Algo le pasaba” dijo el entrevistado al ser consultado si el joven al cual conoce podría haber estado bajo los efectos de alguna droga, y añadió, “parecía otra persona, estaba nervioso, mal”. “Me sorprendió que haya sido él porque lo creía otra clase de persona”.
Cuatro días de diferencia y un total de seis rapiñas suma este comerciante carmelitano, quien expresa “no se que voy hacer”. “Mis clientes me apoyan y no puedo dejar de trabajar en la noche porque es el mejor momento para el almacén, pero estoy pensando cómo seguir. He trabajado toda mi vida con gran esfuerzo, pero ahora con todo lo que me viene pasando también tengo que pensar en la seguridad de mi familia; si me lastiman a mi no me importa, pero si lastiman a uno de mis hijos, salgo a buscarlos y mi vida puede terminar siendo encerrado a los 62 años, mientras ellos siguen sueltos”.