“Es necesario complementar la producción de celulosa con otras cadenas a partir de la madera, como la construcción de casas, la generación de energía o la biorrefinería, que consiste en descomponer la madera”, señaló el director de Planificación, Fernando Isabella, en su participación este jueves 17 en la Torre Ejecutiva, junto con el titular de la OPP, Álvaro García, del foro Prospectiva en Bioeconomía Forestal al año 2050.
“Dentro de las proyecciones económicas para Uruguay a largo plazo, la bioeconomía es uno de los puntales que tendrá el país en el futuro”, señaló García en la actividad realizada en el anexo de la Torre Ejecutiva.
El titular de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) agregó que, “en un marco de desarrollo sustentable, es muy importante que las industrias se reconviertan a productos de economía circular, es decir que sean sustentables y no dañen el ambiente”.
Indicó, además, que por eso “es extremadamente importante que las miradas de futuro se canalicen en el desarrollo de la economía y el cuidado ambiental”.
Por su parte, Isabella explicó que “es necesario complementar la producción de pasta de celulosa con otras cadenas, a partir de la madera y su transformación mecánica para producción de muebles, construcción de vivienda o diversas estructuras”.
Informó que algunas maderas uruguayas ya fueron certificadas en lo que refiere a sus condiciones mecánicas para desarrollar nuevos productos.
Detalló que, según las proyecciones de producción, se observa que la de pinos excede la capacidad de procesamiento industrial local. “Aquí hay un foco importante para promover industrias y para ello hay que desarrollar la demanda, porque los uruguayos somos reacios a construir en madera, a diferencia de lo que sucede en el primer mundo”, relató.
Isabella expresó que hay otra línea de producción con la biorrefinería, “que consiste en transformar la madera en sus componentes más básicos, para obtener productos de altísimo valor”. “Es un área que se debe seguir con atención, porque en los próximos años pueden aparecer oportunidades”, apuntó.
En tercer lugar, repasó que se aborda el estudio de los subproductos o residuos, como los de pulpa de celulosa, que actualmente en Uruguay se utilizan para generar energía eléctrica.
Resumió que la “OPP analiza todas las posibilidades científico-tecnológicas para traducirlas a costos y acciones necesarias para hacer posible el desarrollo de manera rentable”. Ese proyecto debe concluir a fines de año y hasta ahora se analizó el estado de situación de la industria. Actualmente se investiga lo que ofrecerá el mercado en unos 20 años.
“Las próximas etapas consisten en construir una visión con actores locales, como la academia, la industria, los productores forestales y las organizaciones de la sociedad civil, para alcanzar acuerdos sobre un futuro posible y deseable y construir las líneas estratégicas para avanzar”, comentó Isabella.