Por Elio García
Hoy tiene 61 y su padre falleció cuando él tenía 9 años luego de una larga enfermedad. Estoy escuchando lo que un día cualquiera fue por un momento una charla relevante de alguien importante.
Me dice -preocupado- que no recuerda el registro de la voz de su padre. Los olores. La forma de hablar, la de mirar, las cosas que alguna vez debió explicarle a un niño. Son muchos años y no hay muchas historias que contar porque el tiempo a algunos les borra cualquier recuerdo.
–Mucho de lo que pienso sobre mi padre, afirma – debe ser irreal o tal vez imaginado o exagerado. Eso me lo explica porque tuvo la experiencia de volver a su casa paterna luego de treinta años y todo los espacios allí existentes aparecieron más pequeños que los guardados en su memoria.
El living, la cocina, el patio y los dormitorios no eran en su tamaño real los que él tenía guardado en su memoria.
Los años desdibujan las cosas y si algo no nos hace volver a representar ese recuerdo es probable que se borre todo de nuestra memoria. Es terrible ¿no?
En un sobre hay una foto en blanco y negro. La observo atentamente. Un tipo sonríe. Mientras la miro me explica que ese es su padre. A la derecha de la foto aparece su madre sonriendo y más al fondo una mujer desconocida. Su padre está riendo con todas las ganas directamente en la cara de una persona que mi amigo no reconoce. –Nunca di con esta persona, nadie me supo responder quién era. Parecen muy amigos, –concluye.
La foto es muy linda. ¿De qué se ríen?, hay paz, tranquilidad. Seguramente fue una tarde de fin de semana en algún lugar de vacaciones. Es primavera o verano. Se ven resplandecientes en la buena vida. Sin apuros. Sencillamente felices de estar ese segundo en el más absoluto de los placeres que muestra la gente cuando sonríe con todas las ganas.
Le pregunto si tiene algún recuerdo con su padre.
–Tengo uno solo -me dice muy seguro.
–Cuál es?
–Estamos ambos en una cancha, me pone la pelota para patear el penal. Se acomoda para atajarlo y allá voy yo a patearlo. Miro a la pelota, observo el arco, allí esta mi viejo, estoy corriendo y voy a patear.
Esta mirando la foto y queda en silencio y me dice reafirmando finalmente:
-Si, estamos en esa cancha, estoy corriendo para patear el penal y allí está papá agazapado.
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