Uruguay tiene sentimientos encontrados ante la crisis económica argentina y se pasea entre la preocupación por el golpe que sufrirá el mercado de servicios y la tranquilidad por el «desacople» económico que el país tiene respecto a su vecino en un año marcado por elecciones en ambos lados del Río de la Plata.
Mientras que Argentina vive días de volatilidad cambiaria, aumento del índice de riesgo país y de la inflación, Uruguay parece mostrar un escenario más estable -aunque se encuentra azotado por el déficit fiscal que ha ido en aumento en los últimos años-.
Si bien la realidad política y económica rioplatense ha ido de la mano a lo largo de la historia, ya que la dependencia de Uruguay respecto a los dos gigantes del continente (Argentina y Brasil) ha sido mucha, las autoridades del Gobierno uruguayo aseguran que en esta oportunidad la crisis argentina no pegará tan duro.
Uno de los últimos antecedentes se dio a principios de siglo, cuando Uruguay padeció la crisis económica más fuerte de su historia y que fue causada, en parte, por la crisis en su vecino.
Respecto a lo ocurrido en los últimos días en Argentina, la gerente senior del Departamento de Asesoramiento Económico Financiero en Deloitte Uruguay, Florencia Carriquiry, dijo a Efe que el resultado «tan negativo» en las elecciones para el Gobierno que lidera Mauricio Macri no estaba «en el escenario más probable».
«El efecto de la sorpresa política iba a tener un shock importante. El domingo de noche ya sabíamos que íbamos a tener un lunes complicado en las variables financieras de Argentina. Era previsible que el lunes fuera convulsionado en lo que hacía al dólar, a la bolsa, al riesgo país», detalló Carriquiry.
Sobre las acciones que tomó Macri, la experta dijo que las medidas anunciadas este miércoles «eran difíciles de adelantar» y que en términos generales «no cambian en lo sustancial del escenario».
«No son medidas que cambien en lo sustancial el escenario ni político para el Gobierno de Macri de aquí a octubre, ni económico tampoco en términos generales. Son elementos negativos para lo que puede ser la perspectiva fiscal, tiene mucho más lógica política que económica. Es claramente un esfuerzo por llegar a octubre con algo más de chances», apuntó.
Carriquiry afirmó también que Uruguay es «menos dependiente» de Argentina que en el pasado pero le parece «demasiado» decir que se está «completamente despegados» de lo que ocurra allí.
«El propio Uruguay está hoy con fundamentos bastante más deteriorados de por sí, con lo cual la capacidad de absorber nuevos shocks negativos desde la región es también mucho menor», subrayó.
Si bien la asesora no espera que suceda en Uruguay algo similar a lo que ocurre en Argentina, prevé que habrá un «shock negativo» en algunas actividades, como la turística.
«Argentina va a quedar con un tipo de cambio real más alto por un tiempo largo y por lo tanto Uruguay va a estar muy caro en relación a Argentina por un tiempo probablemente prolongado. Eso también implica no solamente para el turismo un shock fuerte sino para algunas ramas industriales», explicó.
En cuanto al dólar, que en Argentina tuvo un crecimiento exponencial llevándolo al entorno de los 60 pesos argentinos, la experta dijo que Uruguay no debería combatir subas del valor del dólar «que estén dentro de lo razonable».
Aunque evitó opinar de temas políticos, Carriquiry consideró que es necesario tener equilibrios macroeconómicos y mejorar la situación fiscal de Uruguay pero «ninguno de los partidos que tiene posibilidad de llegar al gobierno» en las elecciones de octubre han mostrado una clara vocación de ajustar rápido las cuentas públicas.
El panorama actual no fue esquivado por los gobernantes uruguayos que, si bien reconocieron que hay que estar atentos y que les preocupa lo que ocurre en la nación vecina, dicen que esto no traerá las mismas consecuencias que antes.
«Estoy preocupado porque el funcionamiento de la economía está mostrando desequilibrios muy importantes como la inflación, resultado fiscal, pero sobre todo la evolución del nivel de actividad de la producción que ha mostrado una trayectoria muy negativa en los últimos años», declaró a la prensa el ministro de Economía de Uruguay, Danilo Astori.
Sin embargo, afirmó que Uruguay viene reduciendo desde hace años «el riesgo argentino» principalmente en el sector bancario y financiero aunque aún persiste la dependencia en el área de servicios.
«Si se profundizaran en el futuro los desequilibrios de los que hablé, obviamente eso va a tener un impacto en el Uruguay que esperamos que sea el menor posible», añadió.
También el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, reconoció a la prensa las dificultades que sufren los argentinos pero que Uruguay debe preocuparse mayormente por lo que hace para prevenir cualquier tipo de impacto en su economía.
«Uruguay es un país pequeño que está entre dos gigantes y cualquier situación de nuestros vecinos nos impacta», enfatizó.
La crisis argentina no cesa, las medidas que implementará Macri, las dificultades con el tipo de cambio y la postura que tomará su contrincante Alberto Fernández con vistas a las elecciones hacen que el futuro se muestre incierto.
Los uruguayos, aunque todavía no viven en carne propia la crisis, miran con precaución a su vecino e intentarán desmarcarse lo más posible de sus hermanos para evitar crisis como las que ya vivieron décadas atrás.
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