Uruguay ha consolidado en los últimos años su producción forestal debido a que es uno de los principales exportadores de celulosa de fibra corta del mundo y hoy tiene el desafío de seguir desarrollando esta industria e ir hacia un modelo eficiente y sustentable.
El eucalipto, el pino y el biocombustible son algunos de los principales pilares que sostienen esta industria forestal uruguaya, cuya reglamentación tiene ya 30 años y cuya aplicación se vio potenciada a partir de la instalación de la primera planta de pasta de celulosa en 2007.
Hoy, Uruguay afronta nuevos retos como dar una mayor explotación a sus pinos, ya que cumple con una gran cantidad de exportación de troncos enteros sin valor agregado.
El gerente de inversiones de Stafford Capital Partners, Miguel Fabra, explica a Efe que el pino se ha ampliado en 200.000 hectáreas, se ha invertido mucho dinero y ha generado trabajo, pero ahora se debe ir hacia la industrialización.
El español ha visitado Montevideo con motivo de la celebración del II Foro de Inversión Europea en Uruguay, organizado por Uruguay XXI, agencia de inversiones, exportaciones y Marca País.
BIOCOMBUSTIBLE EN URUGUAY
La presidenta de la petrolera estatal Ancap, Marta Jara, reconoce a Efe que en Uruguay se mezcla por ley un mínimo de 5 % de bioetanol en las gasolinas y biodiesel en el diesel y desde 2010, tras una política que busca la energía sustentable, se instalaron plantas de producción de biocombustibles.
«También se ha encarado todo un camino de investigación, ahora estamos abocados a los combustibles de segunda generación y a valorizar más todos los coproductos que surgen de eso», apunta.
Jara enfatiza que esto permitirá a Uruguay independizarse de los combustibles fósiles e ir hacia un futuro más sustentable.
MONTES DEL PLATA, UNA EMPRESA AUTOSUSTENTABLE
La papelera Montes del Plata, nacida hace 10 años de la fusión de la chilena Arauco y la sueco-finlandesa Stora Enso y con un 99,9 % de trabajadores uruguayos, es una de las dos empresas que se dedican a la producción de pasta de celulosa en Uruguay.
Según explica a Efe la gerente de Sustentabilidad y Comunicaciones de Montes del Plata, Carolina Moreira, esta compañía, ubicada en Conchillas, cuenta con un modo de producción en el que participan varias empresas y da trabajo -entre directo e indirecto- a más de 6 500 personas.
«A partir de la producción de celulosa esto se exporta al mundo en nuestro puerto propio», cuenta Moreira en la planta durante una visita de expertos, en la que participa Efe.
El recorrido incluye una parada en una de las plantas de producción forestal, ubicada en Tarariras, donde puede observarse hectáreas de plantaciones de eucaliptos, que son retirados por máquinas para trasladar en camiones a Montes del Plata.
Moreira narra que la compañía produce al año unas 1.400.000 toneladas de pulpa seca que exporta al mundo y que se usa para, entre otros fines, fabricación de papel, pañuelos o papel higiénico.
«El 80 % de la cosecha lo hacen diferentes empresas contratistas forestales locales, uruguayas, y el 20 % lo hace Montes del Plata como una forma también de poder testear nuevas tecnologías, nuevas formas de hacer las cosas, nuevos procesos, que después podamos trasladar a la operativa general», apunta.
Desde su implantación en Uruguay, las papeleras están en la mira de quienes las acusan de generar altos niveles de contaminación en los ríos.
Sin embargo, Moreira considera que «esa mala fama» se debe a que, antes de los 60, la industria se manejaba con otras lógicas que generaban contaminación.
«Es decir, era un proceso en el que todo lo que era el residuo era vertido en el río; hoy en día eso es impensable», enfatiza.
Actualmente Montes del Plata lleva adelante una «concepción circular», en la que se utiliza la lignina -«el pegamento que une las fibras de celulosa», dice- para producir la energía que abastece completamente el complejo industrial y el excedente de esa energía se vierte en la red nacional.
«Eso además implica la recuperación de los químicos que estuvieron involucrados en el proceso, que se recuperan y se vuelven a insertar en el proceso minimizando el consumo de químicos también», subraya.
La empresa tiene plantas de tratamientos de efluentes que aseguran que estos hayan sido limpiados antes de su vertido al río.
«Eso es lo que nos asegura tener una planta que es amigable desde el punto de vista ambiental y obviamente también desde el punto de vista social», enfatiza.
Uruguay «se está consolidando como una industria madura» en el terreno forestal tanto por su normativa como por los objetivos de promover la actividad forestal y también conservar el monte nativo.
«Somos unos de los pocos países en las Américas que no solamente no ha reducido su masa forestal nativa, sino que ha aumentado, y estos dos procesos, deforestación comercial y forestación nativa, se han dado de forma paralela», afirmó.
Para Moreira, la celulosa forma parte de la «industria verde» y para la sustentabilidad del mundo en los próximos años «va a ser muy importante» y eso coloca a Uruguay, con vistas al futuro, en «una situación de privilegio».
Federico Anfitti (EFE)
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