El Centenario, estadio del primer Mundial de fútbol de la historia, hace 90 años en Uruguay, y el Maracaná, palco de la final de la Copa de 1950, un triste episodio en Brasil, han abierto un paréntesis en sus ricas historias para albergar víctimas de la pandemia del COVID-19.
El Centenario de Montevideo, en cuyos graderíos se acomodan 60.235 espectadores, abrió sus puertas el miércoles para albergar a 28 personas sin hogar y con diferentes problemas físicos ante la amenaza del virus, que hasta el momento registra 189 infectados en Uruguay.
En Río de Janeiro el coloso Maracaná, que también fue sede de la final del Mundial de 2014 y de la apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de 2016, se convertirá en un hospital de campaña para tratar a enfermos de coronavirus, anunció el jueves el gobernador del estado, Wilson Witzel.
Quienes han sido alojados desde el miércoles en el Centenario son hombres que tienen inmunodeficiencia producto de enfermedades crónicas como la diabetes, el VIH y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Estas personas quedarán acomodadas específicamente debajo de la tribuna Amsterdam, nombrada así por uno de los dos títulos olímpicos de Uruguay en fútbol (1924 y 1928), donde existe un centro de dos plantas.
De hecho, antes de la construcción del Complejo Celeste, en las afueras de Montevideo, la selección uruguaya se hospedó varias veces en dicho lugar.
El gobierno del Estado de Río de Janeiro, cuya capital tiene el mismo nombre, espera que la instalación alrededor de las tribunas para 78.000 espectadores esté lista para recibir a pacientes en dos semanas.
En ese periodo se espera un incremento del número de contagios por coronavirus en Brasil, donde se han registrado 57 muertos y 2.433 casos confirmados.
Además del ‘Maracanazo’ propinado por Uruguay al imponerse a Brasil por 1-2 ante unas 200.000 personas, en el estadio carioca también se registró en 1969 el milésimo gol de la carrera de Pelé, hubo parte de la programación de los Juegos Panamericanos de 2007 así como conciertos de estrellas como Frank Sinatra, Madonna, Paul McCartney y The Rolling Stones.
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay informaron a Efe que las 28 personas que llegaron al Centenario se quedarán allí mientras dure la emergencia sanitaria que afronta el país desde el 13 de marzo y recibirán cuatro comidas diarias.
De la misma forma, en el Palacio Contador Gastón Guelfi, sede y cancha de baloncesto del club Peñarol, también se han dispuesto varias camas en la zona del campo de juego para alojar a unas 320 personas en situación de calle que el Mides está reubicando en estos días por su edad o por sus condiciones sanitarias.
El Palacio Peñarol es uno de los estadios de baloncesto más importantes de Uruguay.
Allí, además de haberse jugado las finales de la Liga Uruguaya de Baloncesto desde 2010 hasta 2018, también se han disputado históricos partidos de la selección uruguaya.
Además, el recinto inaugurado en 1955 y con capacidad para unos 5.000 espectadores ha sido sede de conciertos de artistas como Los Ramones, Calle 13, Pablo Alborán, Charly García o Soda Estéreo y espectáculos internacionales como los Trotamundos de Harlem.
En Brasil otros estadios, como el Pacaembú de Sao Paulo, también abrirán sus puertas a los enfermos de COVID-19 de baja complejidad, con el fin de que los más graves puedan recibir atención sin problemas en las Unidades de Cuidados Intensivos de la red pública.
En el Pacaembú, otra sede del Mundial de 1950 y de los Juegos Panamericanos de 1963, la Alcaldía montará un hospital de campaña con 200 camas.
Al menos tres clubes de fútbol de este estado, con unos 50 millones de habitantes el más populoso de Brasil, también han ofrecido sus instalaciones para garantizar la atención médica. Se trata de Corinthians, Sao Paulo y Santos.
En Belém, capital del estado amazónico de Pará, el Estadio Olímpico Mangueirao fue convertido en un albergue provisional para alojar de momento a unas 200 personas que dormían en las calles, en una estrategia para reducir su vulnerabilidad al contagio del coronavirus.
Al menos otros 13 clubes de fútbol brasileños han ofrecido sus canchas y centros de entrenamiento para que puedan ser aprovechados como hospitales de campaña, alojamientos, centros médicos y puntos de donación de sangre o vacunación.
En Río de Janeiro también hay planes de adecuación en el coliseo polideportivo Maracanazinho, en tanto que el Botafogo ha prometido el estadio Olímpico Nilton Santos. (EFE)
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