Con la asistencia del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) presentó los ejes de la estrategia de transformación contemplados en su Plan de Desarrollo Educativo 2020-2024. El titular de la ANEP, Robert Silva explicó que este plan, con foco en el estudiante, está respaldado por una institucionalidad firme y liderazgo político para su concreción.
Participaron de la actividad, este lunes 29 en la Torre de las Telecomunicaciones, el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Robert Silva; los ministros de Educación y Cultura, Pablo da Silveira; Ganadería, Fernando Mattos, y Trabajo, Pablo Mieres, y el presidente de Antel, Gabriel Gurméndez, entre otras autoridades nacionales.
Silva explicó que se trata de un proceso integral de cambios del sistema educativo que procura atender las situaciones que impone la nueva realidad. Abarca desde la educación inicial hasta la media superior y, en particular, propone cambios en cuestiones estructurales y funcionales del sistema.
Estas modificaciones responden a la necesidad del sistema educativo de una transformación que permita mitigar los problemas de rezago, repetición, abandono, insuficiencia en los aprendizajes e inequidad en el efectivo ejercicio del derecho a la educación.
El jerarca reveló que se presentó al Parlamento el Plan de Desarrollo Educativo, que se enmarca en el Plan de Política Educativa Nacional, en el que se establecen lineamientos estratégicos relacionados con una necesaria transformación curricular, el cambio de programas, planes y evaluaciones, la generación de una política nacional docente que permita contar con los mejores maestros y profesores, actualizar la formación de grado y establecer el desarrollo profesional permanente.
Asimismo, indicó que están dadas las condiciones para la transformación, ya que se dispone de un plan con una hoja de ruta establecido, institucionalidad firme, voluntad y liderazgo político.
Agregó que en este período de gobierno se desarrollaron acciones vinculadas a la equidad del sistema, como la creación de los centros María Espínola, dirigidos a la transformación en la matriz de la educación media, tanto de secundaria como de UTU, la profesionalización de docentes, la alimentación, la educación inclusiva, un fuerte componente tecnológico y la coordinación de los sectores educativos.
También se trabaja en la actualización curricular y en la transformación educativa del nuevo plan de docentes que se presentará a consideración del Ministerio de Educación y Cultura.
Silva afirmó que esta estrategia se concibe en un ámbito de fuerte diálogo con todos los sectores de la educación y la sociedad en su conjunto. Consideró que la educación fue, es y seguirá siendo el motor del desarrollo del país. “Tenemos la obligación de brindar mejores resultados y analizar el motivo por el cual las reformas anteriores no se convirtieron en verdaderas transformaciones”, enfatizó.
Tras la exposición del jerarca, estudiantes de Bella Unión que llegaron del centro María Espínola relataron las características de esta propuesta educativa innovadora, en especial, la experiencia durante la pandemia. Con respecto a la educación inicial y la primera infancia, un maestro director de jardín de infantes del departamento de Canelones mencionó los procesos educativos para el desarrollo de los niños.
Además, una docente, representante del Instituto de Formación de Paysandú, relató el curso de la capacitación de maestras y profesores. Dijo que deben estar preparados para aportar desde una nueva realidad y acompañar a los niños y jóvenes en el desarrollo de su aprendizaje. Destacó que este plan pone foco en el estudiante.
En el acto se emitió un video institucional sobre la transformación educativa con el aporte de los alumnos.
En cuanto a la cobertura de los jóvenes de 16 años, Silva manifestó que el 51% está en el nivel correspondiente a su edad, el 34% repitió por lo menos una vez y el 15% está por fuera del sistema educativo, mientras en entre los de 19 años, el 42% de los jóvenes ya abandonó el sistema educativo, el 22% asiste por lo menos con atraso curricular y el 36% egresó.
Entre los 15 y los 17 años, el 28% de los jóvenes de clase baja dejó de integrar el sistema educativo, mientras que solo el 6% de los de ingresos altos abandonó la formación. Esto demuestra que el egreso está fuertemente estratificado según el quintil de ingresos. Los jóvenes de entre 20 y 24 años que egresaron de la educación media en Uruguay corresponden al 41% y se ubican en el octavo lugar de Latinoamérica.
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