El Movimiento de Víctimas de Crímenes del Estado (MOVICE) de Colombia, que busca «materializar los derechos de las víctimas» y darle castigo los responsables, trasciende fronteras y da a conocer su lucha gracias a recibir este sábado el Premio Internacional de Derechos Humanos, de la Fundación Mario Benedetti.
Así lo dijo a Efe Martha Giraldo, una de las integrantes de este movimiento -que reúne a unas 200 organizaciones sociales- durante su visita a Montevideo para recibir este galardón que celebra su novena edición.
«Es muy importante por lo que representa Mario Benedetti como un icono emblemático de la defensa de los Derechos Humanos, la defensa de la vida, eso es muy importante pero también es un respaldo al trabajo, la lucha que hacemos por la defensa de los Derechos Humanos en Colombia», apuntó.
Para la activista, con este premio -que ya había sido anunciado en septiembre de este año- que lleva el nombre de uno de los principales escritores de la historia uruguaya, se logra que la lucha pueda «trascender el territorio» para hermanarse con otras naciones y que sus voces se oigan fuera de Colombia.
«Nacemos en 2005 como resultado de un trabajo de investigación que se realizó en la década de los 90 por múltiples organizaciones sociales, de Derechos Humanos, que investigaron sobre la violencia estatal, allí se logró recoger más de 40.000 casos de violencia sociopolítica», señaló.
Desaparición forzada, despojo de tierras, violencia sexual, violencia de género, reclutamiento forzado o ejecuciones extrajudiciales por parte de miembros de instituciones estatales son solo algunas de las denuncias de MOVICE.
«Exigimos el desmonte de las estructuras paramilitares y el compromiso del estado colombiano en no crear ni generar aparatos de fuerza paralelos a las Fuerzas Armadas de Colombia», afirmó.
Asimismo, Giraldo sostuvo que en Colombia «históricamente el estado ha tenido y desarrollado» políticas de criminalidad hacia los civiles y esto ha ocurrido antes, durante y luego del conflicto armado.
«Nosotros en Colombia hablamos de genocidio con intenciones de desaparecer, eliminar, desarraigar toda capacidad de oposición y de imponer un modelo económico, militar, político, al tamaño de esas élites que han gobernado históricamente», concluyó.
Benedetti dejó establecido en su testamento, donde dispone la creación de la Fundación, que entre los fines esté el «apoyo y aporte a organizaciones defensoras de los derechos humanos», con atención especial a las dedicadas al esclarecimiento y la investigación de los detenidos desaparecidos en Uruguay.
El premio, entregado cada año en el día del nacimiento del autor uruguayo, fue otorgado en su primera edición, en 2013, al activista estadounidense de ascendencia lakota Leonard Peltier.
En las sucesivas ediciones recibieron el galardón la jurista uruguaya Mariana Mota, la profesora uruguaya Belela Herrera, el maestro uruguayo Miguel Soler, el teólogo brasileño Leonardo Boff, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el periodista uruguayo Guillermo Chifflet y, en 2020, el poeta y activista chileno Raúl Zurita.
EFE
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