Francia, país que ostenta la presidencia semestral de la Unión Europea, quiere primar las medidas para reducir las «incoherencias» denunciadas por los agricultores sobre las políticas medioambientales frente a la apertura comercial y al impulso de nuevos acuerdos con países terceros.
La presidencia francesa aspira a devolver la confianza en la UE a los agricultores, las ONG y los colectivos críticos con las «contradicciones» entre las políticas comunitarias, especialmente por la disparidad entre las ambientales y las comerciales, según declara a Efe el consejero agrícola del servicio económico de la Embajada de Francia en España, Jerôme Frouté.
El consejero analiza, en una entrevista, las prioridades de la presidencia en materia de agricultura, alimentación y comercio, en vísperas del Consejo informal de Ministros de Agricultura de la UE, que se celebrará desde este lunes en Estrasburgo.
LOS ASUNTOS PRIORITARIOS
Entre los asuntos prioritarios destaca la «coherencia» entre los objetivos de la transición verde, la Política Agrícola Común (PAC) y la «reciprocidad» entre las normas comerciales internas y las exigidas a terceros países.
En esa dirección, ha señalado que la presidencia vigilará la aplicación de acuerdos y que el avance de la agenda comercial dependerá del cumplimiento, por parte de los socios de la UE de las normas sociales y ambientales comunitarias.
Francia, primer receptor de los fondos de la PAC, también prevé de aquí a junio reactivar el debate sobre el futuro de la Política Pesquera Comunitaria.
QUEJAS DE LOS AGRICULTORES Y DE LAS ONG
«La concomitancia del Pacto Verde con determinados acuerdos de libre comercio ha provocado en algunos países la oposición conjunta de agricultores y ONG», según Frouté.
«Los agricultores han señalado la incoherencia entre las aperturas a determinados países con normas medioambientales menos estrictas y los esfuerzos que se les piden. Las ONG temen que las concesiones provoquen la degradación del medioambiente. Los parlamentos de algunos estados miembros también han asumido esta contradicción», añade.
Por ello, la presidencia aboga por igualar los requisitos de los productos comunitarios e importados, sin vulnerar el libre mercado.
Entre sus líneas para ganar el respaldo los agricultores, menciona las llamadas medidas «espejo», como ocurrirá con los antibióticos; la revisión de los límites de residuos y condiciones arancelarias como las cláusulas de sostenibilidad en tratados comerciales.
Agrega que la reforma de la PAC incluye un informe de la Comisión Europea sobre la aplicación de las normas europeas a los productos importados, a más tardar en junio.
CAUTELA EN LA APERTURA COMERCIAL
Entre los grandes acuerdos comerciales, el de la UE con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) cerrado en 2019 está pendiente de ratificación.
Francia ha sido uno de los países más críticos con el acuerdo, si bien Frouté se ha limitado a mencionar los debates en el seno del Consejo de Agricultura de la UE al respecto.
Pero en general ha recordado que los acuerdos comerciales son una cuestión «especialmente sensible» para Francia.
«El nivel de exigencia de nuestras opiniones públicas, en medioambiente, normas agrícolas y alimentarias, en materia social, igualdad de condiciones de competitividad ha aumentado considerablemente, por razones perfectamente legítimas. Finalizar los proyectos de acuerdo sin demostrar que cumplen estos requisitos significa correr el riesgo de reacciones negativas, que pondrían en peligro la agenda comercial que queremos, abierta, sostenible y asertiva», explica.
En cualquier caso, apunta, se concederá «especial atención» a la correcta aplicación de los acuerdos firmados.
CARBONO Y BREXIT
La UE transita este año hacia la nueva PAC, que se aplicará en 2023 y, a este respecto, Frouté señala que en el derecho derivado de esa política es importante que Bruselas tenga en cuenta «las dificultades de aplicación» para los agricultores.
Otra prioridad es la lucha contra el cambio climático gracias a la capacidad de los suelos y de la biomasa para almacenar carbono.
La presidencia también «se esforzará» por avanzar en la protección de las indicaciones geográficas, según el consejero francés, quien subraya que en este ámbito España es «muy activa» y se ha puesto a la cabeza en la defensa de las denominaciones.
El Brexit también está en el centro de la presidencia francesa y su vigilancia para «garantizar la protección de los intereses de la UE, en particular los de los productores y pescadores».
Francia organizará del 10 al 12 de febrero en Brest, en colaboración con las Naciones Unidas y el Banco Mundial, una cumbre internacional sobre el océano.
Frouté ha insistido en las buenas relaciones con España, «especialmente estrechas» en cuestiones agrícolas y de pesca, en las que ambos países comparten las mismas visiones.
EFE
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