Por Concepción M. Moreno
El color violeta tiñó en Uruguay la marcha del Día Internacional de la Mujer, pese a que la jornada había quedado enturbiada por el paro general convocado por la central sindical, el PIT-CNT, en un gesto rechazado por la Intersocial Feminista y calificado de «político» por el oficialismo.
Ante esa disyuntiva, decenas de miles de mujeres marcharon este martes enfundadas en violeta e inundaron las calles del centro de Montevideo en la marcha más multitudinaria de los últimos tiempos con consignas como «Que lo vengan a ver/ que lo vengan a ver/ la lucha feminista no la maneja el PIT CNT” o estas pancartas: «PITO CNT – OPORTUNISTAS – MACHISTAS – SE CAGAN EN LAS MUJERES».
La Intersocial Feminista, que reconoció que la jornada transcurrió sin incidentes, convocó la marcha bajo el lema «Juntas, en todos los espacios, contra las opresiones».
Según dijo a Efe la vocera del movimiento, Valeria Caggiano, 2021 cerró con 30 femicidios en el país y 23 intentos, cifras «alarmantes» que, señala, «no se ven reflejadas en las acciones o políticas que se necesitan para poner fin a la violencia».
AUSENCIA OFICIALISTA
En un gesto sin precedentes, la vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimón, conocida por su activismo feminista como militante del gobernante Partido Nacional (PN, centroderecha) y tradicional participante en la marcha del 8M, anunció días antes que no saldría por considerar que se había «partidizado» la convocatoria.
De hecho, a la misma hora de la marcha, estaba en el plató de televisión del canal VTV para una entrevista en el informativo central.
Como ella, otras mujeres integrantes de los partidos de la coalición del Gobierno conservador de Luis Lacalle Pou afirmaron que el uso del PIT-CNT del 8M para solicitar el «Sí» a la derogación de 135 de los 476 artículos de la Ley de Urgente Consideración, proyecto estrella del Ejecutivo, que se votará en referéndum el 27 de marzo, desdibujaba el objetivo central de la lucha feminista.
En declaraciones a Efe, la directora de Inmujeres, Mónica Bottero, expresó que sentía que se les había robado «un espacio».
«No solamente hace que Inmujeres no pueda desde el Gobierno convocar a que las mujeres participen en la marcha, sino que en mi caso, como activista de género, y (el de) las mujeres políticas del Gobierno en su totalidad hemos decidido no acompañar lo cual nos da una tristeza tremenda», comentó.
En su opinión, «siempre se apostó a la unidad, siempre se apostó a reivindicar derechos para todas las mujeres, no importa de qué sector son».
CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA
Los recientes casos -aún bajo investigación- de violación grupal a una mujer -cuyos tres sospechosos están en prisión preventiva- y de abusos a dos mujeres por parte de tres policías, además del aumento de víctimas de violencia machista durante la pandemia, marcaron el énfasis en las reivindicaciones y mensajes de las manifestantes.
Cánticos como «Tocan a una, tocan a todas» y «Yo sabía, yo sabía, que a los violadores los cuida la policía» o carteles como «Machete al machote», «No festejo nada, hay pibas muertas!!!» o «De camino a casa quiero ser libre, no valiente» acompañaron una manifestación, en la que también hubo una breve representación teatral de las trabajadoras textiles que murieron en 1908, que dieron origen a la conmemoración del 8M.
En el acto central del Ejecutivo por este 8M, celebrado a primera hora del martes y en el que estuvo presente el presidente Lacalle Pou, Argimón dijo a la prensa que el PIT-CNT se subió «al carro de una marcha histórica» y expresó su rechazo a «cuando se quiere partidizar o poner la pata a algo que tiene una esencia».
El mandatario había publicado previamente un mensaje en la red social Twitter con este texto: «Es el tercer #8M de nuestro gobierno y en cada uno sentí que lo principal era reflexionar sobre qué avances lograron las mujeres a través de los años y cómo podemos hacer para acelerar el cambio. Buscar la igualdad entre mujeres y hombres es buscar una sociedad más justa».
Desde las horas iniciales del día, se vivió el primer paro general del año, que fue adherido por 24 horas por sindicatos como el de la educación y por otros solo parcialmente.
Los sectores del transporte urbano, los empleados públicos bancarios y de las empresas estatales de energía (UTE), agua (OSE) y telecomunicaciones (Antel) resolvieron adherir la convocatoria, aunque sin detener sus labores durante toda la jornada, en tanto los trabajadores sanitarios laboraron por guardias en emergencias.
EFE
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