Por Santiago Carbone
Con récord de vehículos vendidos en 2021, la movilidad eléctrica continúa creciendo en Uruguay, país donde el 98 % de su energía se genera a partir de fuentes renovables y que ya puso el foco en el hidrógeno verde.
Finalizada la primera etapa de su transformación a partir de la descarbonización casi total de la matriz energética, después de una inversión de 8.000 millones de dólares desde 2010 a la fecha, el país está preparado para asumir nuevos desafíos.
EL TRANSPORTE ELÉCTRICO
Actualmente, la energía eléctrica es utilizada por cerca de 600 vehículos que recorren calles y rutas dentro de los casi 175.000 kilómetros cuadrados que tiene Uruguay. Entre estos hay cerca de 35 autobuses y de 100 taxis.
Buscando que la gente apueste cada vez más a esto, el Gobierno ofrece varias medidas desde el punto de vista económico para incentivarla. La quita de impuestos y los certificados de eficiencia energética son algunas de estas.
«Uruguay, comparado con la región, ha hecho muchas cosas y me parece que es un buen puntapié para seguir profundizando, pero queda mucho por hacer», asegura durante una entrevista con Efe el director nacional de Energía, Fitzgerald Cantero.
De acuerdo con esto, indica que uno de los desafíos es lograr una red eléctrica de cargadores de carga continua en todo el territorio nacional.
«La gran mayoría de la gente carga en su domicilio, pero evidentemente necesitas tener una buena red de carga pública», agrega.
En diciembre de 2017, Uruguay inauguró la primera ruta eléctrica de Latinoamérica que en ese momento unía la ciudad de Colonia del Sacramento con la de Punta del Este , dos de las más visitadas por los turistas durante el verano austral.
En este momento, los puntos de carga son unos 140, la gran mayoría de corriente alterna, mientras que siete son de carga continua, número que se pretende ampliar en los próximos meses, indica Cantero.
Pero más allá de esto, el director de Energía pone el foco aún más lejos y asegura que el Cono Sur debe tener una ruta eléctrica que una el Atlántico con el Pacífico para que las personas se muevan sin problemas con sus vehículos eléctricos por la región.
¿ALGUNA DUDA?
Ante las dudas que algunas personas se plantean a la hora de pensar en un vehículo eléctrico, Rodrigo Zorrilla de San Martín, vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables (Auder), asegura a Efe que, tecnológicamente, estos «han mejorado mucho».
«Ha mejorado mucho la autonomía y ha mejorado muchísimo el precio. Después, lo que ha pasado en los últimos años, es que las distintas marcas han empezado a traer modelos», subraya.
Asimismo, indica que la experiencia de los taxis y de los autobuses ayudaron a que mucha gente se animara a probar los vehículos eléctricos particulares.
«Mucha gente, el primer miedo que tenía era que el auto saliera a la calle y la batería le dejaba de andar. No ha pasado eso. No es como mucha gente piensa que las baterías duran poco. Duran, tienen suficientes ciclos», dice.
Sobre otro miedo de los usuarios, las reparaciones en caso de que se dañen, Cantero cuenta que, además de que ya existen cursos, Uruguay está próximo a conseguir fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para generar un polo de capacitación en movilidad eléctrica.
EL HIDRÓGENO VERDE
Considerado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería como un eslabón clave para completar la segunda transición energética en el país, el hidrógeno verde aparece como otra opción a la hora de hablar de movilidad.
Este aporta a la descarbonización del transporte pesado y de larga distancia, marítimo y aéreo. También de la industria, de la energía eléctrica, del sector residencial y de la producción de varias materias primas.
De hecho, en ese momento existe una convocatoria a proyectos de investigación, innovación y formación basados en este tipo de energía en el país suramericano, al que empresas internacionales se postularán.
Este será un primer paso de un país que piensa tanto en el consumo interno como en la exportación.
De esta forma Uruguay, reconocido en 2020 por el Foro Económico Mundial como la nación americana más avanzada en el sector de energía eléctrica, mira hacia adelante y continúa buscando la carbono-neutralidad a 2050.
EFE
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