De uno de esos vetustos templos que en el laico Uruguay ofrecen adoración al libro a un homenaje de la más alta institución académica del país, pasando por una charla sobre política latinoamericana: así transcurrió la visita de Mario Vargas Llosa a esa nación que considera ejemplar en la región.
Destacado representante del denominado ‘boom latinoamericano’, candidato presidencial en Perú en 1990 y Premio Nobel de Literatura en 2010, el escritor nacido en la peruana Arequipa hace 86 años y de nacionalidad española desde 1993 vertió sus opiniones sobre la «triste» América Latina en la que todos deberían «imitar» a Uruguay.
Un tuit de su hijo y miembro, como él, de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), Álvaro Vargas Llosa, mostraba este miércoles al nobel en su «infaltable visita» a «la librería más hermosa del mundo», la histórica Linardi y Risso, instalada en la Ciudad Vieja, el casco histórico de Montevideo, a la que acude siempre que está en Uruguay.
Posteriormente, y ante la atenta mirada del expresidente de Uruguay Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995), padre del actual mandatario, Luis Lacalle Pou, el autor de «La fiesta del chivo», «La ciudad y los perros» o «Conversaciones en La Catedral» ofreció una charla invitado por el ‘think tank’ Centro de Estudios para el Desarrollo (liberal).
Recién recuperado de la covid-19 que le obligó a estar internado en Madrid, donde vive, Vargas Llosa ofreció su mirada sobre la realidad latinoamericana ante representantes del mundo de la política, las finanzas y el periodismo, y en el Hotel Sofitel Montevideo Casino Carrasco & Spa -que en el pasado llegó a albergar a personalidades como el físico Albert Einstein o el escritor Federico García Lorca-.
«América Latina atraviesa un muy mal momento, un momento de crisis bastante profunda en algunos países y en otros más superficial», indicó el nobel, quien agregó que el continente «está profundamente equivocado y está eligiendo las peores opciones».
Especialmente acerado fue contra su país, del que dijo es «el caso más triste», y contra quienes votaron por «lo peor», en referencia al actual presidente, Pedro Castillo.
«¿Han sentido la vergüenza que he sentido yo escuchándolo? ¿Es eso un presidente de un país moderno? Es una vergüenza y yo, como peruano, lo reconozco inmediatamente. No podemos tener presidentes así y pensar en el progreso. Quienes votaron se equivocaron radicalmente», dijo.
Cuba, Venezuela y Nicaragua se llevaron los peores comentarios del escritor y periodista, quien insistió en varios momentos de la charla en la idea de que «el socialismo no ha triunfado en ninguna parte» y solo salvó «la socialdemocracia en Alemania, aunque no tiene nada que ver con el socialismo».
«No sigamos los malos ejemplos, van a llevarnos a nuestra ruina, van a estimular una corrupción que, por desgracia, está muy enraizada en América Latina y fundamentalmente porque América Latina se ha empeñado en defender el socialismo», argumentó.
También se refirió a Argentina, país que visitó recientemente y del que opinó que «mientras el peronismo represente lo que representa no hay esperanza».
«Es la catástrofe que ha hundido a Argentina», espetó.
Si bien atacó personalmente a pocos políticos, como el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, o el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013), pidió que en países donde próximamente habrá elecciones, como Colombia o Brasil, «voten bien», ya que, en su opinión, no solo basta con que haya comicios libres en la región, sino que los ciudadanos elijan bien.
«Colombia es uno de los países más dramáticos en estos momentos porque si Colombia, como desea Venezuela, vota mal en estas elecciones, América Latina se hunde», comentó.
Frente a un panorama «triste» de la región, se mostró «entusiasta» con Uruguay, que tiene «una democracia que funciona».
«Es un país sosegado, tranquilo, donde las leyes funcionan, los gobiernos trabajan por la mayoría. Es el ejemplo que hay que seguir, el ejemplo que debemos seguir en América Latina», comentó.
El evento, que congregó a cientos de invitados, concluyó con la concesión del título de doctor honoris causa por la Universidad de la República (Udelar) al ganador del Premio Cervantes 1994, en una sencilla ceremonia en presencia de su rector, Rodrigo Arim, y del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou.
Y así, el autor de «La tía Julia y el escribidor», «Pantaleón y las visitadoras» o «Travesuras de la niña mala» cerró su visita a Uruguay, el «país ejemplo».
EFE
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