Enrique Weisz nació en Buenos Aires en 1931. Cuando tenía cinco años su familia se trasladó a Uruguay, radicándose primero en Carmelo, y unos años más tarde, cuando el futuro artista ya era adolescente con 16 años, en Montevideo. Poco después adoptó la nacionalidad uruguaya.
En 1959 ingresó al Taller Torres García, donde estudió con Guillermo Fernández y José Gurvich. Esta época está representada en la exposición por dos obras sumamente representativas de las experiencias formales habituales del Taller. Escalas en grises (1961) es una naturaleza muerta compuesta por planos de color sobre los que los objetos están representados con contornos lineales. Ritmos ortogonales (1962) es una estructura de verticales y horizontales prácticamente monocroma sin elementos figurativos.
Durante la década de 1960 Weisz vivió tres años en Israel, país al que emigró definitivamente en 1973. Se instaló en el kibutz Guivat Hashlosha, donde le adjudicaron un espacioso taller, pudiendo entonces combinar las tareas de la vida colectiva con la práctica artística.
El cambio de entorno influyó sobre la orientación de su pintura: “El traslado de la ciudad al kibutz, no fué un obstáculo para mí cuando llegué a Israel en el año 1973 desde el lejano Montevideo… Mi lucha principal fue adaptarme a pintar con la luz del Mediterráneo. Lentamente los oscuros tonos grises y ocres, se fueron aclarando y estos fueron transformando las rígidas formas geométricas del Taller Torres García. Escuela única en su género, en la cual me formé y a la que tanto le debo. Hoy me siento totalmente aclimatado a este país pero de algún modo u otro, estoy siempre mirando al SUR.”
Esa nueva experiencia vital, en cierta forma similar a la de Gurvich (aunque éste no permaneció en Israel, sino que vivió sus últimos años en Nueva York), modificó la paleta y la elección de los motivos de las obras de Weisz. De esa época pertenece sus Texturas trialécticas (1977), una composición basada en curvas en ocres y marrones.
La influencia de la obra de Gurvich se vuelve evidente en Pareja semántica (1987), compuesta por dos grandes figuras que conforman una pareja rodeadas de pequeños elementos y letras hebreas, y especialmente en Caracol (1998), basada en un espiral que contiene diferentes objetos (una mano, una rueda, una escalera) que parecen flotar en el espacio de la obra. La inclusión de símbolos es explicada por el artista de la siguiente forma: “Me embarqué en el simbolismo para investigar el misterio de lo místico.”
El 22 de enero de 2019 desde la cuenta oficial en facebook del Museo Gurvich publicaban: «Hoy falleció el artista Enrique Weisz a sus 87 años de edad. Alumno de José Gurvich, con una vocación y pasión inquebrantables, que deja un valioso legado a través de sus obras.
“La obra de Enrique Weisz, por lo tanto, no solo interesa como resumen evocador de varios movimientos artísticos de vanguardia; no solo porque en la realización técnica se ha obtenido una plástica que ha logrado asumir belleza, por un lado, e idea, por otro; interesa porque tras la estética aparente se intuye un mundo particular -el de este artista israelí-, sin duda preocupado por el hombre. Es difícil, inaprensible explicar el porqué de esto y de lo otro en Weisz. Incluso para él mismo, que muy posiblemente se ha de ver sorprendido por las emanaciones de su inconsciente”. (Fco Javier Zubiaur Carreño, 1979.
A los carmelitanos su pasaje por nuestra ciudad nos generan preguntas ¿a qué escuela concurrió?, ¿alguien lo recuerda hoy?, ¿ dónde estaba su casa? …
Weisz vivió en Carmelo entre los años 1936 y 1947. Toda la formación escolar la recibió en nuestra ciudad.
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