Por Miguel Guaraglia
El Capitán de Corbeta Ismael Medina integra la misión hacia la Antártida. En una pausa de su trabajo dentro del barco recordó su participación en el operativo del Puente Giratorio cuando tres embarcaciones colisionaron contra el puente giratorio.
Medina recuerda en esta entrevista que no fue un operativo más, aún lo tienen presente por las condiciones críticas del trabajo, los pocos recursos, pero fundamentalmente el apoyo y cariño que recibieron de la comunidad, tema que aún lo emociona.
Miguel Guaraglia: Antes de comenzar la entrevista nos dijo que los barcos del Puente Giratorio de Carmelo fue un operativo distinto ¿por qué?
CC Ismael Medina: Porque aprendimos muchísimo. Nos agarró en un cambio generacional en grupo de buceo. Los capitanes de aquel entonces (2018) se habían retirado y llegábamos un nuevo grupo. Fue todo un desafío para el equipo.
¿Qué les dejó esa experiencia?
Pasado ya cinco años me queda el afecto único que tuvimos de la gente de la zona. Había una preocupación en la gente del pueblo y hubo mucha gratitud cuando los sacamos. Nos saludaban y nos hacían ver la importancia del trabajo que habíamos logrado. Normalmente nuestro trabajo pasa desapercibido, llegamos hacemos nuestra tarea y no recibimos halagos, tampoco nos acompañan en el proceso de nuestra intervención.
¿Qué pasó en Carmelo?
En Carmelo la gente agradecía constantemente. Era muy motivador para nosotros. Era hasta casi raro ver el afecto que nos daban. Nos dimos cuenta que para la gente ese puente era muy importante.
Al llegar se encuentran con esos barcos, uno incrustado contra el puente, éste corrido de su eje ¿cómo evaluaron la situación?
Cuando llegamos la situación era casi caótica. Se notaba mucha preocupación en todas las personas. La gente veía a su puente colapsado con toda esa carga histórica. Las autoridades muy preocupadas. No debemos que esto se generó por una tormenta, había una corriente increíble en el arroyo con tres barcos colapsados sobre el puente. No se sabía si el puente se podía caer. Inicialmente las maniobras de salvamento se vieron dificultadas por esos motivos y un nerviosismo generalizado.
Entonces ¿qué deciden?
La gente asumió que los barcos estaban allí. No había una presión constante de las autoridades. Empezó el trabajo. Las tareas fueron realizadas en forma artesanal dado que no tuvimos la capacidad de contar con una grúa. Fueron entre 40 a 50 días entre los tres barcos sin contar con una plataforma, una grúa que nos hubiese permitido izar y sacar todo.
El trabajar artesanalmente les generaba inquietud o preocupación?
Sí, claro, pero sentíamos que estábamos preparados para ese desafío. No hay que olvidarse que una embarcación para entrar a ese lugar nos había cotizado un millón de dólares para entrar allí y era de Argentina. Cuando logramos nosotros sacarlo a las instalaciones de Hidrografía allí fue todo más tranquilo, solo se trataba de lograr tapar todos orificios y llevarlo a su posición final.
Esa tarea de improvisar para enganchar un cabo una linga, buscar algún árbol, escuchar los aportes de los funcionarios de Hidrografía y su experiencia, como la califican?
Y de muy importante. Tuvimos mucho apoyo de todo Carmelo, ni que hablar del personal de Hidrografía que se comprometió con nosotros en todo momento. Habían tareas que nos sorprendían. Recuerdo al carpintero de Hidrografía Carmelo. Le pedíamos los palletes que son las tapas para tapar los orificios que los barcos tenían al tocar uno con otro y él con su arte nos traía los mismos. La Intendencia de Colonia aportó con unos tractores, las lingas. Fuimos unos artesanos porque utilizamos lo que teníamos allí disponible. Intentamos gastar lo menos posible, los rubros no sobraban.
¿Cómo se las arreglaban con las cosas cotidianas básicas de la jornada?
Increíblemente vimos que la gente se acercaba y nos traía comida. Carnicerías que nos llevaban asado y chorizos. Yo esto lo guardo en el corazón, si nos están leyendo, quiero agradecer públicamente todo eso. Nos enviaban Coca-Cola, a veces íbamos a los supermercados a comprar en la noche cosas para bajar el stress y no nos querían cobrar. El apoyo fue increíble, lo que siempre decimos del uruguayo, su solidaridad, en estos se ven esas cosas.
Pequeñas cosas que son grandes cosas, imagino que no habrá faltado alguna torta frita
Torta fritas, pizzas, bizcochos, bien uruguayo. Fuimos parte de la rutina, la gente iba y se sentaba en la reposera, armaba el mate para vernos trabajar. A veces venía alguien remando y nos traían de todo. Un día vinieron con bebidas en lata bien frías y hasta un pan dulce. Fue increíble.
Cómo calificaron el trabajo final?
Fue un trabajo complejo con mucha presión por lo que significaba liberar los barcos del puente. También la exposición mediática, casi siempre nuestro trabajo no está cercano a los medios de prensa, pero allí teníamos a periodistas trabajando todo el tiempo en cercanías. Lo más grande fue cuando liberamos los tres barcos de ese puente.
Comentarios