En julio del año pasado Milagros Costabel, la joven coloniense que estudia en Harvard publicaba la noticia de Indio, su perro guía entrenado en Uruguay por @fundappasuy. «Hoy está conmigo en Harvard, y me acompaña en la vida, donde sea que me lleve. No puedo esperar para vivir más aventuras juntos,» comentaba.
Ayer Milagros comentó un episodio de tránsito en donde su perro guía tuvo una destacada actuación que le salvó su vida.
«Cuando me dieron a Indio, imaginaba que me iba a ayudar…a encontrar cosas en la calle, a caminar rápido y con más gracia, a preocuparme menos en el camino. Pero nunca pensé que me iba a salvar la vida», tuiteó Milagros.
«Les cuento esto porque fue algo que, además de hacerme pensar mucho en como la vida puede cambiarte en cuestión de segundos, también me hizo reflexionar sobre el papel de Indio en mi vida y en todo lo que he hecho y me ha pasado gracias a él,» escribió.
«La próxima vez que tengan que elegir una organización para apoyar, o que vean un perro guía en la calle y se pregunten si tocarlo o no, acuérdense que detrás de ese perro hay una dedicación increíble que (como en este caso) también puede salvar vidas.»
Milagros contó a través de su red social lo sucedido: “El otro día estábamos yendo al trabajo. Es una ruta súper mundana que hacemos varias veces a la semana, ya prácticamente sin pensar, porque apenas son cuatro cuadras y poquito y realmente ya está en nuestra rutina como algo de todos los días”.
“Íbamos a hacer el último cruce que, aunque complicado, no es muy peligroso porque tiene semáforo sonoro y suele haber gente yendo al mismo tiempo. Para que se hagan una idea, un perro guía no decide cuando cruzar, pero puede negarse a hacerlo si piensa que no es seguro”, sostuvo.
Sin embargo, la situación cambió en ese cruce. “De repente escucho gritos -de esos que te hacen sentir la desesperación y el terror- y los que cruzaban conmigo salieron corriendo cual estampida en todas direcciones”, enfatizó.
Costabel manifestó que no “entendía lo que pasaba”, ya que “la gente también gritaba en la vereda y todo fue tan rápido” que no tuvo “tiempo de nada”. “Cuando intentaba entender, Indio dio la vuelta con una fuerza que nunca había sentido, me llevó al cordón en donde estábamos y se sentó en frente de mí”, valoró.
Comentó cuál fue el motivo que desencadenó esta situación: “Un señor (borracho, creo) había doblado, ignorando el semáforo y yendo directamente hacia las personas que estábamos cruzando. La policía pudo detenerlo después, pero alguien que nos vio me dijo que de Indio no haber hecho lo que hizo en ese segundo, mi historia sería otra”.
“En ese segundo pasó de todo: la gente corría para salvarse, y nadie se acercó para sacarme del peligro. Indio, que de todas las decisiones que podía haber tomado pensó por ambos y en lugar de salir corriendo para cualquier lugar me sacó de ahí y se aseguró que no me moviese”, agregó.
“Nada le impedía a Indio cumplir con sus instintos y salir corriendo siguiendo a los demás, metiéndose en el caos y dejándome a mí. Pero no lo hizo. Y aún después de esa experiencia, me guió al trabajo como si hacerlo fuese lo mejor del mundo”, afirmó.
“Hay muchos motivos por los que cuando tenga que elegir de nuevo, tendría perro una y otra vez…y este, hoy, es el más grande, porque me di cuenta que, para lo bueno y lo malo, no estoy sola”, valoró.
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