Por Santiago Carbone
La Plata (Argentina), 9 jun (EFE).- Un goleador impresionante, figuras que emergieron a lo largo del torneo, victorias destacadas y fortaleza para sobreponerse ante la adversidad: Uruguay e Italia están en la final del Mundial sub-20 Argentina 2023 y no hay duda de que se lo ganaron.
De un lado, un equipo al que nunca le faltaron seguidores, sin importar los 10.000 kilómetros de distancia que hay entre Buenos Aires y Roma; del otro, uno que fue alentado por miles de fanáticos que cruzaron el Río de la Plata y que este fin de semana volverán a hacerlo para que la ciudad de La Plata sea una marea celeste.
El Estadio Único Diego Armando Maradona se vestirá de gala el domingo a las 18.00 hora local (21.00 GMT) para que uno de los dos se lleve a casa un trofeo que, hasta el momento, ninguno pudo colocar en sus vitrinas.
CAMINO A LA FINAL
Semifinalista del último Europeo sub-19, Italia comenzó su camino en el Mundial con una gran victoria por 3-2 ante un Brasil que llegó a estar tres goles abajo y que pudo ser goleado.
Muchos creyeron que el triunfo frente el campeón del Sudamericano sub-20 era una sorpresa. Luego quedó claro que fue simplemente la primera muestra de lo que el equipo dirigido por Carmine Nunziata tenía para dar.
Uruguay se estrenó con una goleada por 4-0 ante Irak y ese fue el último encuentro que los de Marcelo Broli jugaron sin afrontar complicaciones.
Italia cayó frente a Nigeria y venció sin problemas a República Dominicana. La Celeste perdió con Inglaterra y se llevó un triunfo sobre la hora ante Túnez.
Esto marcó que las dos selecciones finalistas acabaron segundas en sus respectivos grupos, algo que sucedió por última vez hace diez años. En aquella oportunidad el último encuentro fue entre Francia y Uruguay.
Las lesiones de Andrés Ferrari y Mathías Abaldo marcaron el camino de la Celeste hacia la fase de eliminación directa. Luego el equipo de Broli perdió por una suspensión a Luciano Rodríguez y por otra lesión a Mateo Ponte.
Con poco recambio y parando a jugadores en distintos lugares a los que habitualmente se desempeñan, Uruguay eliminó a Gambia y luego dejó por el camino a Estados Unidos. Los norteamericanos eran hasta ese momento invictos y no habían recibido goles en sus anteriores cuatro juegos.
Italia debió enfrentarse a Inglaterra y a Colombia. Los de Nunziata se tomaron revancha ante el conjunto que los eliminó en las semifinales del Europeo y luego acabaron con el sueño del equipo que hasta ese momento se había especializado en remontar resultados adversos.
Ya en semifinales, Uruguay venció a Israel e Italia dejó por el camino a Corea del Sur en sendos espectáculos para los aficionados.
FORTALEZAS Y ESTRELLAS
Estos resultados dejaron claro que ambos equipos tienen muchas fortalezas, que intentarán aprovechar en el último juego.
Una que salta a la vista es el poderío defensivo de Uruguay: la Celeste recibió tres goles ante Inglaterra y luego mantuvo su portería imbatida en los otros cinco encuentros que disputó. A Italia le convirtieron en siete oportunidades.
Del otro lado, ambos demostraron su fuerza ofensiva: los europeos marcaron trece tantos y los sudamericanos once.
El más destacado, sin duda, fue el centrocampista italiano Cesare Casadei, quien será, salvo catástrofe, Bota de Oro.
El número 8 marcó siete tantos en seis encuentros y dejó claro por qué el Chelsea apostó por él. Su facilidad para manejar el balón, su potencia para disparar, su gran cabezazo y su habilidad para jugar cerca de las dos áreas lo convierten en una de las grandes figuras del Mundial.
Matteo Prati, Tommaso Baldanzi, Giuseppe Ambrosino y Francesco Esposito fueron otros futbolistas destacados.
En Uruguay lo más importante fue la fortaleza de un equipo que, partido a partido, se repuso ante las adversidades y que tuvo en cada jugador un fiel representante de la histórica ‘garra charrúa’.
Con Sebastián Boselli como líder y un impresionante trabajo de Mateo Ponte, Facundo González y Alan Matturro, la defensa celeste destacó desde el primer partido.
Y cuando Ponte se lesionó, el centrocampista Rodrigo Chagas se paró como lateral por el sector derecho y lo hizo como si hubiese jugado toda su vida allí.
El capitán Fabricio Díaz y el talentoso Franco González también brillaron en un equipo en el que Anderson Duarte pasó del banquillo a liderar el ataque por las lesiones y las expulsiones y se convirtió en el goleador con tres tantos en los partidos más importantes del certamen.
Por todo esto, no hay duda de que ambas selecciones se ganaron el derecho a estar en la final y de que dejarán todo por quedarse con el título.
EFE
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