Por Lucas Mailland, CEO de Fichap
En un mundo donde el capital humano es esencial para el éxito de nuestras empresas, retener y mantener motivado al talento se ha vuelto un desafío titánico. En el contexto actual, marcado por cambios sociales y económicos, observamos una tendencia creciente de alta rotación en varios sectores, y es clave que nos adaptemos.
Este problema, que frecuentemente se presenta en algunos sectores, trae consecuencias negativas para cualquier organización y se agudiza cuando resulta extremadamente difícil cubrir el puesto de trabajo vacante, sobre todo si se trata de puestos poco atractivos.
Según un estudio de Randstad en 2022, el 41% de los argentinos se proponía cambiar de trabajo en búsqueda de mejores condiciones salariales. Esto ha sido particularmente notable en industrias como la metalúrgica, alimenticia, autopartista y el comercio minorista. Esta tendencia se exacerba en un contexto de alta inflación y disminución del poder adquisitivo.
Sin embargo, el salario no es el único factor en juego. Un estudio de MERCER revela que la mitad de los trabajadores, con una proporción más alta de mujeres, buscan empleos flexibles que permitan un equilibrio entre la vida laboral y personal. Incluso, uno de cada tres empleados estaría dispuesto a renunciar a un aumento de sueldo por mayor control sobre su horario de trabajo. Las oportunidades de desarrollo de carrera y esquemas compensatorios competitivos también juegan un papel importante en la decisión de los empleados de permanecer o cambiar de empleo. Además, las generaciones difieren en sus prioridades: mientras que la Generación X y los Baby Boomers valoran el sentido de pertenencia, los Millennials buscan oportunidades de adquirir nuevas habilidades.
Entonces, ¿qué podemos hacer como líderes para retener y fidelizar a nuestro valioso personal en este contexto dinámico?
En este orden de cosas, que se caracteriza por una realidad completamente cambiada que ha adoptado la implementación de nuevas tecnologías y nuevas formas de trabajo, han surgido nuevos perfiles profesionales en respuesta a las nuevas demandas y necesidades, lo que transforma al factor humano en un elemento estratégico para la empresa, que le permite tener una ventaja competitiva de la organización.
Para esto, el departamento de Recursos Humanos debe poner el foco en mantener a los empleados capacitados e incentivados el mayor tiempo posible. Como recurso, las empresas pueden contar con distintas estrategias para ejecutarlo.
Es esencial que abracemos estrategias holísticas. El salario importa, pero la satisfacción y el crecimiento personal también son cruciales. Debemos implementar sistemas de incentivos bien pensados, que incluyan componentes monetarios, personales y sociales. Desde ofrecer salarios competitivos con bonos basados en el rendimiento, hasta asegurar un ambiente de trabajo seguro y comunicar de manera efectiva los cambios.
Además, fomentar la movilidad interna, proporcionar capacitaciones y desarrollar paquetes de beneficios integrales son estrategias valiosas. La implementación de tecnologías emergentes también puede ser clave para crear entornos de trabajo más eficientes y atractivos.
A medida que nos enfrentamos a un mundo laboral en evolución, la adaptabilidad, la innovación y el compromiso con nuestro capital humano son indispensables. Trabajemos juntos para asegurar que nuestras organizaciones no solo sobrevivan, sino que prosperen en esta nueva era.
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